La frecuencia de incidentes antisemitas alrededor del mundo se debe principalmente a los medios que deliberadamente destacan incidentes que incitan actos de antisemitismo. Si los medios no bajan el fuego, terminará en una catástrofe. La única forma de limitar esos reportes insidiosos es que los judíos se unan y muestren un frente común.
Hace algunos días, a instancias de la organización antisemita “The Rights Forum”, los administradores de más de una docena de universidades holandesas instruyeron a su personal para que enumerara sus interacciones con organizaciones israelíes y judías, informa la Agencia Telegráfica Judía (JTA).
La solicitud exigía «recibir toda la información sobre el período comprendido entre el 1 de enero de 2012 y el 24 de enero de 2022, más de diez años. Y todo debe presentarse, si es posible en papel, en un plazo de 28 días». Un empleado de la universidad bromeó: «¿Cuál es el siguiente paso? ¿que los judíos de las universidades lleven una estrella amarilla?». Al Gran Rabino de Holanda no le hizo ninguna gracia. «Lo que realmente me preocupa», dijo, «es el número de universidades que fueron tan complacientes con una petición tan evidentemente antisemita. Nos recuerda que la mayoría de los alcaldes cooperaron durante la ocupación en dar los nombres de sus ciudadanos judíos a los alemanes.»
Los informes sobre incidentes antisemitas inundan los medios de comunicación y todos llevan el mismo mensaje: El antisemitismo está aumentando. Es cierto que los incidentes antisemitas han aumentado, pero creo que el odio a los judíos ni aumenta ni disminuye. El odio a los judíos siempre está en el corazón de los no judíos; es una constante. Lo que cambia, es la medida en que la gente se permite expresarlo y esto depende de los medios de comunicación. Mientras más informan los medios de estos incidentes y especialmente, mientras más lo informan en un tono «sombrío», que implica una escalada de antisemitismo, más envalentonan y galvanizan a los antisemitas.
Por medios de comunicación, me refiero a todos los medios: sociales, canales de televisión, de radio, periódicos, libros, diarios, revistas y cualquier cosa que salga al aire y de algún modo, llegue al público. Si los medios dejaran de informar sobre los incidentes antisemitas, la frecuencia de los incidentes antisemitas disminuiría instantáneamente. No disminuiría el odio a los judíos, pero sí su expresión abierta y principalmente, violenta.
Lamentablemente, no sucederá. «El antisemitismo es el azote que Dios nos envió para guiarnos y soldarnos a todos», dijo el doctor Kurt Fleischer, líder de los liberales en la Asamblea de la Comunidad Judía de Berlín, en 1929. El odio oculto sigue buscando formas de desahogarse y el mejor lugar para oxigenarlo, son los medios de comunicación. La única forma de frenar las expresiones de odio, es disolverlo y el único modo de disolver el odio contra los judíos, es disolver el odio entre los judíos.
Lo queramos o no, el pueblo de Israel es siempre el centro de atención. Desde el principio, cuando forjamos una nación con los descendientes de los parias de todas las naciones del Creciente Fértil, fuimos designados para ser los héroes o los parias del mundo. La increíble hazaña que los primeros hebreos lograron al establecer su nación, contra todo pronóstico y sobre todo, contra el odio que sentían entre ellos, fue un precedente que nadie, desde entonces, ha logrado replicar. Incluso los judíos se amron y odiaron entre ellos, hasta que finalmente se disolvieron en una sangrienta guerra civil que disolvió su nación y trajo a Tito, que conquistó Jerusalén, destruyó lo que quedaba del Templo y exilió las reliquias hambrientas en Roma.
Desde entonces, los judíos son gente non grata dondequiera que van. Si se les toleró fue sólo porque el gobernante los explotaba para obtener beneficios políticos o económicos, normalmente lo último, pero nunca duró.
Los judíos serán bienvenidos donde vayan, sólo si primero se unen entre ellos. La unidad no es su escudo contra los adversarios; es el ejemplo que deben dar al mundo. Cuando se unen, el mundo les da la bienvenida y dice: «Es conveniente aferrarse sólo a esta nación», como escribe el libro Sifrey Devarim. Cuando se dividen, pasa, lo que pasa hoy, lo que pasó en 1492 y lo que pasó en los años 40.
Tenemos que entender que los medios de comunicación abren y cierran la válvula de las expresiones de antisemitismo, pero nuestras acciones a favor o en contra de los demás, determinan si los medios de comunicación abren o cierran la válvula.
Para más sobre el tema: La elección judía: Unidad o antisemitismo, Hechos históricos sobre el antisemitismo como reflexión sobre la desunión social entre judíos.
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