Extraterrestres en nuestro propio planeta

Cada día que pasa, es más claro que avanzamos hacia una nueva era. Las protestas contra el uso de mascarillas son la rebelión de nuestro ego contra un cambio forzado. Las grandes compañías de tecnología como: Google, Apple y Facebook ya les dijeron a sus empleados que trabajarán en su casa durante, al menos, un año más. Todo cambiará: trabajos, bancos, industria, educación, comercio, relaciones humanas, relaciones internacionales, toda nuestra civilización se pondrá de cabeza y nosotros también. Sólo así, se irá el virus.

“Tanto el secretario general de la OMS, António Guterres, como Anthony Fauci, asesor contra el coronavirus en la Casa Blanca, declararon que es poco probable una vacuna eficaz en el futuro cercano, si es que sucede. En palabras mas sencillas, nuestra vida cambió para siempre.”

Además, mientras más tratemos de retornar a la «normalidad», más aumentará el ciclo de oleadas de COVID. Si cada vez que baja la tasa de contagio, insistimos en reabrir negocios, tendremos una tercera, cuarta y quién sabe cuántas oleadas de pandemia, hasta que nos demos cuenta de que no podemos vencerla. La naturaleza nos dio un golpe certero y cada vez que intentemos levantarnos y luchar, nos dará otro golpe.

Pero la naturaleza no quiere aniquilarnos; su objetivo es enseñarnos a ser parte de ella, en lugar de ser extraños que rivalizamos con nuestro planeta. Y para ser parte de la naturaleza, debemos, ante todo, unirnos, sentirnos cerca del prójimo y aprender a acercarnos a la naturaleza. El mundo en el que vivimos es un sistema total e integral. Para sentir su integridad necesitamos ser similares a este sistema: integral y total. El camino comienza en casa: con nosotros, la humanidad.

El sistema de explotación y de competencia excesiva, en el que se tenía que destruir al otro para sobrevivir, llegó a su fin. La mentalidad de persistencia del más apto, va en contra de la naturaleza que opera con un principio totalmente opuesto: supervivencia del más amable (Google it). Ahora nos toca a nosotros construir esa sociedad y durante el proceso, comprender la verdadera naturaleza del mundo que nos rodea.

 “Nadie nos ayudará. Como sociedad, somos egoístas y realmente no sabemos cuidarnos unos a otros. Pero podemos fingir hasta que lo logremos, teniendo en cuenta que nuestro objetivo es construir un sistema integral y unido, donde todos compartan los beneficios, ¡lo lograremos!”

Aunque en el fondo, deseamos volver a nuestra antigua forma de vida, incluso si no hubiera coronavirus, sería muy imprudente hacerlo. Ya hay tanto odio que es inminente un colapso social o un conflicto civil. En muchos sentidos ya inició, pero aún no es cruento, en cierto sentido se olvidó hacer una declaración oficial al respecto.

Pero no es demasiado tarde para cambiar el rumbo. Podemos ver a nuestro alrededor y observar que todo está formado por opuestos que se complementan. Sólo el hombre piensa que los opuestos deben aniquilarse, ajenos al hecho de que, en la naturaleza los opuestos se toleran y complementan mutuamente, así deberíamos ser.

Vemos el mundo como si fuera plano, con imágenes en dos dimensiones, sin darnos cuenta de que la naturaleza humana opera en ellas con todos los grupos de la sociedad humana. Cuando insistimos en ver el mundo sólo en una perspectiva, perdemos la oportunidad de usar la otra perspectiva, como un «segundo ojo» y obtener una vista tridimensional. Esta es la única forma en que podemos ver la profundidad y el alcance de la realidad y encontrar lo que forma y genera la imagen completa que vemos ante nosotros. Hasta que puedas ver el mundo a través de ambos prismas, lo podrás observar. Así que, en lugar de suprimir la otra opinión, debemos apreciarla, agradecerle por existir y, mantener nuestra perspectiva separada.

La unidad no se crea cuando dos opuestos se vuelven iguales. Se crea cuando dos opuestos unen los diferentes puntos de vista para crear la imagen completa, que ninguno de los dos puede ver por sí solo.