Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Cuando eres un factor que polariza, no te sorprenda si eres odiado

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Según una encuesta publicada recientemente por el Comité Judío de EUA (AJC), casi el 90 por ciento de los judíos estadounidenses están preocupados por el aumento del antisemitismo. Como siempre ocurre con el antisemitismo, los judíos no creen que se lo merezcan. Al mismo tiempo, los judíos son figuras destacadas en el enfrentamiento de las partes. A nadie le gustan los belicistas, especialmente si son judíos, pues se supone que deben hacer exactamente lo contrario: unir bandos, reconciliarlos. A menos que los judíos cambien rápidamente de rumbo, pagarán el mismo precio que los judíos han pagado a lo largo de los siglos, si no peor.

Hoy, lo único que hace judíos, a los judíos de EUA, son las costumbres, nada más. Es una cultura basada en tradiciones y en un sentimiento de pertenencia a una comunidad que se desvanece. Pero, ¿ir a la sinagoga en Yom Kipur o donar para obras de caridad te convierte en judío? Pueden crear un sentido de pertenencia, pero no promueven aquello por lo que se hicieron judíos.

Como acabamos de decir, se supone que los judíos son lo opuesto al partidismo. Vinieron de naciones dispersas y pueblos de todo el Creciente Fértil en la antigüedad y forjaron una nación al elevarse por encima de su odio y recelo instintivos. Lo hicieron alabando el valor de la unidad, la responsabilidad mutua y el amor a los demás, a un nivel tal, que se volvió muy importante, más importante incluso, que su odio instintivo. Hasta que lo lograron, al pie del monte. Sinaí, fueron declarados nación y hasta entonces se les instruyó para ser «luz para las naciones».

Se les dijo que mostraran al mundo su unidad. Se les pidió que dieran ejemplo de unir enemigos feroces y hacerlos personas muy cercanas. Pero, ¿Qué hacen? Emplean tácticas de la «hechicería» legal para ayudar a la gente a estafar, embaucar y engañar, para llegar a la cima y que se presenten ellos mismos como modelos de virtud y presenten al otro lado, como demoníaco, inmoral y corrupto.

En mi opinión, no son judíos. Abandonaron el núcleo del judaísmo, es decir, la unidad por encima del odio. En cambio, difaman, en nombre de la guerra contra la corrupción; se burlan, en nombre de exponer la incompetencia y difunden un odio venenoso, en nombre de ser «éticos». En resumen, son factores de polarización, belicistas y merecen lo que merecen los belicistas.

Por supuesto, no todos los judíos son así. La mayoría, simplemente quiere vivir su vida y no preocuparse demasiado por nada. Pero, en estos días, estar tácitamente de acuerdo con lo que hacen sus líderes, ya es bastante malo. Los judíos son vistos como un colectivo y serán castigados como tal. No es mi deseo, así han funcionado siempre las cosas y nada cambiará. La única forma en que los judíos pueden cambiar su triste destino es, como colectivo, invertir el rumbo y mostrar que ellos mismos reconcilian sus propias divisiones, dar ejemplo a la sociedad estadounidense y así ayudarán a unirla en lugar de dividirla.

Para concluir, los judíos deben mostrar que cultivan el afecto en lugar del rencor, la bondad en lugar de la malicia. Este es el propósito de su existencia como nación y como individuos. Y ahora, no están ni cerca de hacerlo.

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Publicado en: Judíos, News

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