Cuando no nos corregimos, corrompemos

Hacia el final de «Introducción al libro del Zóhar«, escrito poco después de la Segunda Guerra Mundial, el gran pensador y cabalista del siglo XX, Rav Yehuda Ashlag, también conocido como Baal HaSulam, escribió sobre su tiempo: «En una generación así , todos los destructores entre las naciones del mundo levantan la cabeza y desearán, ante todo, destruir y matar a los hijos de Israel, como está escrito (Yevamot 63), «Ninguna calamidad viene al mundo sino por Israel». Como dice en el Tikunim anterior (parte de El libro del Zóhar), que (Israel) causa pobreza, ruina, robo, matanza y destrucción en todo el mundo” y por eso, las naciones del mundo quieren «principalmente destruir y matar a los hijos de Israel».

Hay una razón por la que Baal HaSulam cita el Talmud (Masejet Yevamot) diciendo que todas las calamidades vienen a causa de Israel y El libro del Zóhar, dice de que Israel causa “pobreza, ruina, robo, matanza y destrucción en el mundo”. Desde el inicio de nuestra nación, nuestros sabios y líderes han vinculado el estado del mundo con el estado de nuestra unidad.

Rav Yehuda Alter, autor del libro Sefat Emet, escribió que Abraham, Isaac y Jacob fueron bendecidos «porque los hijos de Israel fueron creados para corregir a la creación». Ya hemos visto lo que piensa el Zóhar sobre el daño que causa Israel cuando no se corrige. Sin embargo, cuando Israel se corrige, es decir, se une, el Zóhar nos ve con una luz totalmente diferente. En la parte Ajarei Mot, El Zóhar escribe: «Ve, qué bueno y qué agradable es que los hermanos también se sienten juntos’. Estos son los amigos que se sientan juntos y no están separados el uno del otro. Al principio, parecen gente en guerra, deseando matarse unos a otros … luego vuelven a estar en amor fraternal. … Y ustedes, los amigos que están aquí, como antes estaban en cariño y amor, de ahora en adelante tampoco se separarán… y por su mérito, habrá paz en el mundo «.

Rav Kook, contemporáneo de Baal HaSulam y gran cabalista y pensador por derecho propio, fue poético cuando escribió sobre el papel de Israel en traer la paz mundial con su unidad. En el libro Orot HaKodesh, escribió: «Dado que fuimos arruinados por el odio infundado y el mundo se arruinó con nosotros, seremos reconstruidos por el amor infundado y el mundo será reconstruido con nosotros».

En estos días que vemos el cataclismo climático que se está desarrollando, que la sociedad occidental se desintegra, que los discursos belicosos propagan la guerra, deberíamos pensar en el mensaje de nuestros sabios. Puede que nos alarme la ferocidad de los antisemitas rabiosos, pero si somos honestos con nosotros mismos, el mensaje de nuestros sabios es sorprendentemente similar al de ellos: Israel es responsable de lo malo y lo bueno en el mundo. Cuando no corregimos, corrompemos; cuando no nos unimos, nos separamos o como afirmó Rav Kook, si estamos divididos, dividimos el mundo; si estamos unidos, unimos al mundo.

Algunas naciones y algunas religiones actúan como si estuvieran destinadas a conquistar el mundo. Sólo los seguidores de esas religiones están de acuerdo. Israel cree en su deber de hacer Tikun Olam, corregir al mundo y la mayoría en el mundo está de acuerdo. Como escribe Sefat Emet, «Israel fue creado para corregir a toda la creación».

Nos sorprende la fiereza del odio a los judíos, pero estamos ciegos a la fiereza de nuestro odio mutuo. Nuestro propio odio, como siempre han dicho los más grandes de nuestra nación, es la causa del odio del mundo hacia nosotros y la causa de todos los odios en cualquier lugar. Es hora de que luchemos contra el antisemitismo y el odio, donde realmente está: entre nosotros.