Esta semana fue el 30 aniversario del fallecimiento de Menajem Begin. Begin fue uno de los más grandes líderes de Israel. Fue el comandante de la organización paramilitar Etzel durante la lucha con el Mandato Británico en Palestina, se convirtió en el sexto primer ministro de Israel, hizo las paces con Egipto y destruyó un reactor nuclear en Irak, antes de que entrara en funcionamiento, entre muchos otros logros. Pero a mis ojos, lo que más destacaba de Begin era su integridad.
A la luz de los líderes de hoy, de todos los partidos y bandos, Begin es un ejemplo a seguir. Dio lo mejor de sí al país y cuando sintió que ya no podía desempeñar su papel como primer ministro, anunció su renuncia y se retiró de la vida pública. Para mí, su legado es el legado de un verdadero líder.
Es cierto que en aquellos días, en la década de 1970 y principios de los 80, cuando Begin era el primer ministro, todos éramos diferentes. La gente era más ingenua, menos siniestra y narcisista que hoy. Y Begin se destacó incluso entre sus contemporáneos. Esto no quita la grandeza de líderes como David Ben Gurión y otros de su época, pero Begin fue otra cosa. En Israel, todo sucede muy rápido. Lamentablemente, las caídas también y los líderes israelíes de hoy están a muchos kilómetros de distancia de los del pasado.
De hecho, Begin fue tan único que incluso se ganó el favor de mi maestro, Rabash. Rabash y yo teníamos un arreglo: cuando estábamos juntos en el auto, cada hora, encendía el radio para escuchar las noticias. Siempre buscaba pistas del Creador y para él, los eventos mundanos eran las palabras de Dios. Aunque, dos minutos después de las noticias, cuando el presentador citaba las palabras de tal o cual político, Rabash inmediatamente me decía que lo apagara. La única excepción fue Begin. Las palabras de Begin eran un deleite para él. La claridad e integridad de sus palabras, realmente le convencía.
Otro aspecto único de Begin, era su respeto por la religión. Israel es un país dividido en innumerables formas diferentes. A pesar de no ser religioso, Begin tenía un gran respeto por los líderes religiosos. Su sincera estima por ellos le valió el apoyo de muchos, pero lo más importante, en gran medida, su legado de respeto tanto por religiosos como por no religiosos, aún prevalece en Israel.
Los líderes de hoy no pueden ser como él. No vienen del mismo lugar de ideología limpia, porque si lo hicieran, no llegarían a la posición de liderazgo. No sólo han cambiado los líderes, más importante aún, cambió la sociedad que los engendra, en consecuencia, los líderes cambian.
Si alguna vez vuelven a surgir líderes como Menajem Begin, primero debemos ser una sociedad que pueda generarlos. Hoy, la integridad no vale nada. La gente aprecia el poder, no la sinceridad. Como resultado, tienen líderes hambrientos de poder, dispuestos a pisotear a cualquiera en su ascenso. Cuando llegan a la cima, olvidan a quién pretenden servir y su único pensamiento es su siguiente éxito.
No es su culpa; No tengo quejas contra ninguno de nuestros líderes. Lo único que lamento es que nosotros, la sociedad israelí, no estemos a la altura del desafío de construir la sociedad ejemplar que el mundo pueda apreciar.
El mundo no nos agradecerá nuestras armas de alta tecnología ni nuestro sofisticado software de espionaje. Tampoco nos agradecerá por construir chips de computadora rápidos ni por las geniales aplicaciones de navegación.
El mundo nos agradecerá sólo si damos ejemplo de solidaridad, de responsabilidad y de cuidado mutuos. Si nuestros líderes muestran estas características y si están respaldados por una nación que pone la solidaridad por encima de todo, ganaremos el favor del mundo y nuestros líderes serán bienvenidos en todas partes.
Finalmente, la solidaridad y la cohesión es lo único que el mundo necesita de nosotros. Begin lo promovió y por eso respeto su legado.
Gran verdad!!! Todos aun yo busco gente con poder para salir de una situación financiera que fue un error que hice con una financiera y no hay nadie que pueda ayudarme. Esto se que yo lo acepte pero ellos no cumplieron con lo pactado. Pero es verdad todos están en busca de más poder y la «solidaridad » no existe en ningún lado. Muchas gracias. DIOS los bendiga grandemente!!!
No puedo estar de acuerdo con el Rav. Begin es todo lo opuesto a un hombre de paz y unidad. Begin lleva encima, además, más un delito terrible de su época de líder del Irgún que cometió actos terroristas que no pueden ser defendidos por nadie de paz, entre ellos el atentado del Hotel Rey David en Jerusalem con un saldo de más de 90 muertos, y la terrible matanza de Deir Yassin. Ni siquiera entiendo cómo se le dio el premio Nobel.