Puede que no nos guste la idea porque no nos agradamos, pero tenemos que llegar a amarnos o nos espera una guerra civil. Aquí es donde se encuentra el Estado de Israel hoy. “Ama a tu prójimo como a ti mismo” ha sido el lema del pueblo judío desde su inicio. Éramos una colección de extraños que llegamos a valorar la idea de amar a los demás y nuestros antepasados la practicaron, incluso prometieron ser «como un hombre con un corazón».
Sin embargo, si nos ves hoy, estamos muy, muy lejos y nos alejamos cada vez más. Nadie ha tomado el guante ni ha intentado implementar realmente este principio, que es el más básico del judaísmo. Tomamos la educación, que originalmente significaba criar a los niños para transformarlos en seres humanos, que se preocupan por los demás y la convertimos en transmitir información, ya sea secular o religiosa, pero nada que haga que la gente sepa relacionarse con los demás con bondad y amor. Como resultado, nuestra sociedad está al borde del colapso. Hay tanto odio entre las facciones del país que podríamos llegar a una guerra civil, como lo hicimos antes, a menos que cambiemos el rumbo rápidamente.
Lo digo, no porque sea fatalista, sino porque quiero prevenir lo que ya está en proceso. Nuestra nación ya antes llegó a este estado y nos hizo perder nuestro país y nuestra libertad, sin mencionar la horrenda pérdida de vidas, que principalmente nos infligimos a nosotros mismos en una sangrienta guerra civil. También hoy tenemos enemigos que nos rodean, pero también hoy, somos nuestros peores enemigos.
Por eso, debemos reconocer que la unidad por encima de las diferencias es nuestra única opción, de cara al futuro. No nos ponemos de acuerdo en política ni en educación ni en defensa ni en política exterior ni en separación de religión del estado ni en ninguno de los temas que actualmente nos dividen. Pero, debemos entender que, si intentamos destruir a nuestros contrarios, nos destruiremos a nosotros mismos. Por eso, si queremos tener futuro, no nos queda más remedio que buscar la forma de unirnos por encima de todas las diferencias, éstas se mantendrán.
Puede que no parezca posible, pero la guerra civil está al otro lado de la unidad. Si lo tenemos en cuenta, quizás encontremos la manera. Y el primer paso para encontrar ese camino es darnos cuenta del tipo de peligro que acecha a la vuelta de la esquina. El siguiente paso es sentarnos juntos y discutir, con la mente abierta, ya que no tenemos el corazón abierto, cómo podemos vivir juntos, para no terminar matándonos unos a otros y nuestros enemigos matando a los que queden.
Así me encuentro separada de los demás luchando por tener consciencia de unidad, se que con la ayuda de Dios lo voy a lograr. Muchas gracias 🌹 Dios los bendiga grandemente 🙏🌹