2021 será un año decisivo para Europa. El Viejo Continente se convirtió en un pozo negro de divisiones entre países, facciones, movimientos y pueblos. El Reino Unido, Alemania, Francia, los Balcanes, Italia, España, todo está tan dividido y fragmentado que, a menos que empiecen a pensar en sí mismos como en una entidad y pronto, sufrirán terriblemente. Ciertamente no será fácil, pero una identidad paneuropea es su única salida de la angustia.
Europa es, en muchos sentidos, la cuna del desarrollo humano. Como tal, el mundo el mundo la verá y aprenderá y Europa deberá mostrar que, a pesar de todos los colores, razas, nacionalidades y su historia asolada por guerras, puede superarlo y construirse como una familia, verdaderamente como una familia. De lo contrario, simplemente se consumirá. Si no se unen, no veo futuro para ella.
Además de sus fricciones internas, China, Rusia y Estados Unidos competirán por el control de Europa y no quedará nada de «la Vieja Dama». Incluso África se unirá a la “fiesta”, como ya está sucediendo con la migración de refugiados, pero también de otras formas.
Cuando ves el mapa, es interesante ver el papel único que tiene cada lugar para llevar el mundo a un lugar mejor. EUA es ejemplo de una nación dividida en una miríada de facciones, aunque siguen siendo una sola nación. Europa es un ejemplo de muchas naciones que deben funcionar como una sola. Cada uno debe dar ejemplo de unidad por encima de las diferencias, que el mundo pueda seguir. Si no cumplen con su papel, sufrirán. No puedo decir quién sufrirá más si no logran la unión requerida, pero, ciertamente sufrirán.
Israel también tiene su misión única. De hecho, la misión de Israel es quizás la más importante en el proceso de unidad del mundo. Israel debe dar la filosofía, la teoría, la infraestructura ideológica para la unidad: de dónde viene, por qué la unidad es esencial y por qué reglas y regulaciones debemos organizarla.
La Unión Europea actual no logrará estos objetivos. De hecho, estoy a favor de desmantelarla y estoy feliz de que el Reino Unido se haya salido. La UE actual no se construyó para unir a Europa. Se hizo para fortalecer bancos, industriales y multimillonarios, no para unir a Europa. Se podría ir de un extremo a otro de Europa antes del establecimiento de la UE, así que no hay ningún beneficio en términos de fronteras abiertas. La gente normal no gana nada viviendo en la llamada Europa unida.
Como dije al principio, una Europa unida debe ser una unión de corazones, donde todos sientan que están en conexión profunda. Y mientras más diferentes sean, más estrechamente se unirán, de acuerdo con su esfuerzo. Los que están más lejos ahora, serán los más cercanos una vez que se unan.
Esta unión debe estar completamente desvinculada de las instituciones existentes en la UE. Debe ser una entidad separada, que funcione independientemente de si la UE actual sobrevive o no a las convulsiones que se avecinan. Esta unión de corazones es la unión que se buscó durante los últimos treinta años, desde que establecieron la UE.
En cuanto a Israel y a la ideología que Israel debe dar al mundo, el nivel de odio que los europeos albergarán contra Israel depende del nivel de su odio interno por la conexión. Si Israel muestra la forma de conectarse, que no es la situación actual, pero si lo hiciera y los europeos la evaden porque no quieren conectarse, no tendrán más remedio que recibir más palizas de otros países o de la naturaleza, hasta que cedan y se vuelven receptivos a la noción de conexión.
Y hablando de antisemitismo, pensamos que es insensible a la razón y tal vez así son todos los odios. Sin embargo, el antisemitismo no es inmune a un modelo de unidad que surge de Israel. Incluso Henry Ford, cuya ideología antisemita admiraba Hitler, escribió en su rabiosa composición El judío internacional: el problema más importante del mundo: “El surgimiento del problema judío es parte de la culminación del destino que nos llega, no en daño sino en beneficio. … La justificación de una discusión sobre el problema judío es en bien de los judíos y el mayor obstáculo actual para ese bien, son los propios judíos. Llegó el momento de que lo vean».
En otras palabras, el antisemitismo no es necesariamente un hecho de la vida, sino algo que Israel puede superar cumpliendo su misión y las naciones aceptando la contribución de Israel: la ideología de la unidad. El futuro de Europa está en juego; si los europeos superan sus divisiones, triunfarán. Si no, perderán amargamente. Israel, por su parte, debe cumplir con su deber de curar, facilitando la ideología de unidad por encima de las diferencias y dando ejemplo.
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