Siempre que los seres humanos se hallaron juntos en un mismo lugar lucharon entre sí. Al principio lo hicieron con piedras, lanzas, arcos y flechas. Luego se desarrollaron a un ritmo vertiginoso y lucharon con escopetas, cañones, tanques y aviones de guerra. Finalmente lanzaron una bomba atómica. Cuanto más poderoso es el armamento, más oculto está, y sus implicaciones son más peligrosas. También en el ámbito virtual, las armas de combate se hacen cada vez más sofisticadas a un ritmo acelerado. El campo cibernético, por ejemplo, podría convertirse rápidamente en un frente de guerra.
De igual manera, el arma más potente y más delicada que se está revelando hoy en día es la fuerza del pensamiento. Muchos científicos sostienen que estamos interconectados a nivel humano en un solo campo, y así como hay un campo de electricidad y magnetismo y un campo de fuerza de gravedad, también existen otros campos de fuerzas. La sabiduría de la Cabalá también explica que existimos en una red de fuerzas que nos conectan. La fuerza del pensamiento es inmensa y su espacio de acción es la red de conexión entre nosotros: uno puede pensar y otro de repente capta el pensamiento, uno siente un deseo en su corazón y este se manifiesta en el otro.
No obstante, nos hacen falta dos cosas para ver la imagen completa: una es el conocimiento de que nosotros somos quienes activamos la red constantemente, y la otra es el conocimiento sobre cómo activar la red a nuestro favor y de forma consciente.
Actualmente, la fuerza que gobierna sobre el internet es una fuerza negativa, una fuerza destructiva que divide, una fuerza de rechazo y odio que estamos creando constantemente por causa de nuestra naturaleza egoísta. Estamos proyectando esa fuerza negativa ya sea consciente o inconscientemente. Los resultados están a la vista: cada uno está lleno de su propio orgullo, cada uno se impone sobre el otro, cada uno explota al otro.
Lo que nuestros ojos nos ocultan es la fuerza negativa que estamos generando y esparciendo por la red; no en la red de internet, sino en la red de las relaciones humanas. Más aún, la influencia de esta fuerza regresa en contra de nosotros con más potencia y nos golpea con olas de odio por parte del mundo. Las naciones del mundo, aún sin estar conscientes de ello, están señalando a los judíos como los protagonistas centrales de la red. Mediante su actitud antisemita nos están empujando a reconocer nuestro destino y cumplir nuestro rol en la red.
Ellos tienen razón. “Así como los órganos del cuerpo no podrán existir ni un momento sin corazón”, dice el Libro del Zóhar, “tampoco los pueblos podrán existir en el mundo sin Israel”. Y, ¿cómo debemos actuar debidamente en la red? Muy simple. Demostrar amabilidad, proyectar afecto, sonreír, respetar, no ser despreciativos, no pisotear. Si cada uno de nosotros refina su actitud hacia el otro, estaremos ya en un comienzo acertado. Lo que se nos exige es tener un anhelo mínimo de estar en unión.
Los pensamientos de unión que proyectemos por encima de los pensamientos egoístas innatos en nosotros despertarán una fuerza positiva en la red de conexión entre nosotros, una fuerza capaz de neutralizar gradualmente el odio y llevar a un equilibrio. Esa es la fuerza que nos protegerá y nos conducirá a un futuro mejor.
No se trata de modales o de predicaciones. Tampoco de frases artificiales o eslóganes. De ninguna manera es psicología barata. Esta es la sabiduría original de Israel, la antigua sabiduría de la Cabalá. Tampoco es necesario profundizar en miles de sus páginas escritas, sino actuar como un enfermo que recibe un medicamento sin estudiar medicina. Así debemos aceptar su esencia: la ley de la naturaleza de la conexión y el amor.
No dejen que las dudas les ganen; un pequeño pensamiento de su parte a favor de la conexión entre los seres humanos puede realizar un cambio inmenso. La fuerza del pensamiento es el arma más poderosa y es capaz de crear un cambio gigante en la red.
Activemos de forma positiva la red de conexión entre nosotros. Hagan un “me gusta” o escriban un comentario. ¡Transmitan amor con toda su fuerza!