Como dije desde el inicio del brote, el coronavirus no es otro virus y la Covid-19 no es otra pandemia. Es un cambio de juego, un transformador que hace girar nuestra vida al revés y de adentro hacia afuera. Cuando esté hecho, seremos diferentes, y hasta que no esté hecho, no desaparecerá.
Cualquiera que sea la imagen que los gobiernos y los medios nos den, la verdad es que estamos en medio de un colapso económico, social y político. La base misma de nuestra forma de vida, donde nos vemos obligados a competir entre nosotros por recursos y fondos, por estatus social y respeto, donde no podemos confiar en nadie, porque el éxito de uno, necesariamente es el fracaso de otro, esa base de nuestra vida anterior, finalmente se está disolviendo.
Así como la nieve derretida crea fango, pero debajo la hierba crece y hay brotes bajo la tierra congelada, nuestra vida se deshace de su antigua fachada helada y brota una nueva, vibrante y alegre. Pero hasta que brote, tendremos que vadear un poco en el barro.
Hay varias cosas que podemos hacer para acelerar el brote de esa vida nueva y mejor.
1. Nos aferramos a nuestra vida anterior como adolescentes aferrados al osito de peluche raído y deshilachado que amamos desde la infancia.
No podemos ver que la madre naturaleza nos ofrece abundantes juegos nuevos y emocionantes, adecuados para nuestra edad y comprensión. Estamos tan colgados del pasado que no podemos soltarnos de él para atrapar la riqueza que nos ofrece el futuro.
Sin embargo, sucederá. Tendremos que renunciar a nuestra antigua forma de vida pues, nos guste o no, estamos cambiando. Incluso si las empresas se reabren sin restricción, los compradores no llegarán como antes y las empresas colapsarán en masa. Si hacemos la transición a la nueva era conscientemente, podremos dar ingreso y ocupación a todos. Si no, eventualmente lo haremos, pero después de un desfile de desastres. Las catástrofes que vemos en Estados Unidos son sólo el preludio de una cacofonía de adversidades y conflictos simultáneos.
2. Tenemos que entender que, esencialmente, no estamos atravesando una crisis económica.
Verlo de otra manera, es el enfoque estrecho de los financieros que se ganan la vida explotando a la gente y aprovechando oportunidades mercantiles. En realidad, estamos atravesando una transformación social, la transición de una actitud egoísta a una actitud desinteresada hacia la vida.
Como resultado de la transformación de la sociedad, el concepto de economía cambiará. Dado que la economía refleja las relaciones en la sociedad, cuando los miembros de la sociedad colaboran, la economía también se vuelve colaborativa. Además, este proceso no se desarrolla de manera obligatoria, sino porque es en el mejor interés de todos.
Podemos pensar que vivir desinteresadamente te da menos abundancia material, pero es absolutamente incorrecto. Cuando una sociedad vive desinteresadamente, todos garantizan el bienestar de todos y cada uno de los miembros de la comunidad. Es decir, nunca tendrán que preocuparse por comida, vivienda, educación, atención médica, energía y actividades extraescolares. En lugar de que los individuos se preocupen por sí mismos, la comunidad se preocupa por ellos. La gente, a cambio, hace lo mismo por los demás, pero su mente y corazón se despreocupan.
Viéndolo así, ya vivimos en una sociedad colaborativa. Ningún producto está hecho 100% en una localidad, sin la colaboración de muchos otros fabricantes en numerosos países, no se produciría nada. Entonces, el problema no es que no colaboremos, sino que colaboramos contra nuestra voluntad e intentamos extorsionarnos, manipularnos y engañarnos unos a otros en el proceso. Cuando transformemos nuestro enfoque de egoísta a desinteresado, colaboraremos aún mejor y todos se beneficiarán realmente de los productos comunes. Habrá abundancia para todos.
3. El tercer y más importante requisito para acelerar la transición del viejo mundo al nuevo, es el apoyo mutuo.
Tenemos que ayudarnos unos a otros a ser conscientes de que nos dirigimos hacia una vida hermosa. La gente no podrá dejar de lado sus ositos de peluche y abrazar la vida nueva fácilmente hasta que vea que otros hacen lo mismo. Así que piénsalo, habla sobre ello y entusiasma a los demás sobre la nueva vida que tenemos por delante, porque tan pronto como aceptemos la transición por la que estamos atravesando, los brotes en ciernes estallarán en la nieve y comenzará una nueva primavera.
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