Poco a poco, la comprensión se va hundiendo: nada parece mejorar: ni el año nuevo, ni la nueva administración, ni las vacunas. Vivir por la vía rápida simplemente ya no funciona. No funcionó el año pasado y parece que no va a funcionar pronto. Y mientras más lo entendemos, mayor es nuestra desesperación.
Hay una buena razón por la que parece que el mundo se está quedando sin gasolina. Desde tiempos inmemoriales, nuestro combustible ha sido la búsqueda de placer, de más beneficio, de la siguiente ventaja sobre los demás. Hemos funcionado con el combustible que nos da el ego; si el ego no veía beneficio, no teníamos combustible para trabajar. El año pasado, nuestro ego tuvo tantas decepciones, que muchos comienzan a dudar si el ego es realmente el rey al que debemos servir. Quizás la búsqueda inútil de un placer, que deja de satisfacernos, justo después de obtenerlo, puso de manifiesto su inevitable nulidad. Pues, si ya sabes que una vez que obtengas lo que deseas, pronto te cansará, ¿Cuál es el punto de conseguirlo?
Nuestro tiempo es un tiempo de reconocimiento de la verdad de nuestros motivos, de nuestra civilización, de nuestros valores y en última instancia, de quién somos como seres humanos. La imagen que expone esta comprensión no es bonita, pero es muy sincera y desde el punto de la sinceridad, comienza el crecimiento saludable. Por eso, creo que nuestro tiempo es tan asombroso, a pesar de todas sus dificultades.
Estamos en un momento de grandes cambios; estamos pasando de percibir el mundo como individuos a percibirlo como un sistema integral del que todos somos parte y en el que todos somos uno. Percibir el mundo como individuos nos obligó a buscar sólo el beneficio propio. Pero, nos puso en desacuerdo con la dirección del desarrollo de la naturaleza.
La naturaleza está evolucionando hacia una interdependencia y reciprocidad creciente y compleja. Cuando intentas ir en dirección opuesta a la realidad, es probable que sucedan cosas malas. Este conflicto entre la trayectoria de la naturaleza y nuestra trayectoria ha sido la causa fundamental de todas nuestras desgracias, especialmente desde principios del siglo XX cuando comenzamos a acentuar nuestro individualismo y se aceleró enormemente desde el inicio de este siglo.
Mientras vayamos en contra de la trayectoria de la naturaleza, todo lo que hagamos colapsará. Por eso, en estos días, nada parece funcionar: las vacunas están aquí, pero también el virus; la elección terminó, pero nadie está tranquilo; y, sobre todo, nadie se siente seguro sobre el futuro y nadie sabe qué hacer al respecto.
Sin embargo, la respuesta está a la vista: si vamos en contra de la naturaleza y seguimos pensando como individuos, no tendremos futuro y ninguna solución funcionará. Si pensamos como una humanidad integral, que es parte del planeta integral, lo lograremos y nuestros planes funcionarán.
La verdad es que tengo muchas esperanzas. Veo que la naturaleza no nos deja más remedio que repensarlo todo. La unidad es la dirección clara de nuestro avance, pues ahí es hacia donde la naturaleza evoluciona y no estamos excluidos. La única pregunta es, cuánto aceptaremos sufrir antes de aceptarlo. Seguro que el final es bueno; lo que me preocupa es el camino para llegar allí.
Buen día, muchísimas gracias sus correos. Son una bendición para mi vida 🙏🙏🛐