Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Alegoría de la niña que se negó a jugar con un bebé real y prefirió jugar con su muñeca

Debemos saber que el mundo fue creado con el deseo de recibir. En consecuencia, apenas nace un niño, desea disfrutar hasta su último día y cuando crece, sólo quiere deleite y placer.

Debemos saber que el placer es espiritual. No podemos entender qué es placer; pues es Luz y está la regla de que no hay Luz sin un Kli (vasija). El placer debe estar dentro de una vestidura.

Por eso, nosotros determinamos que cada delicia y placer es verdadero, en tanto el placer se extiende de la Luz y la única diferencia entre hombre y bestia es la vestidura, esto es, los Kelim. Y ciertamente, en el caso particular, la luz se viste de acuerdo con el valor del Kli. En general, no hay diferencia entre un gran hombre y uno pequeño, excepto en la vestidura.

Es como cuando vemos a una niña pequeña jugando con una muñeca, el placer que siente es real y si sus padres quieren que deje de jugar para que venga a comer, la niña piensa que tiene unos padres muy crueles, más malos que los vecinos, porque los vecinos no la interrumpen cuando juga y sus padres sí. Además, si hay un bebé llorando y le decimos a la niña: «¿Por qué juegas con una muñeca y la besas? Es un bebé de mentiras, ven y juega con el bebé de verdad», se negará, aunque estemos seguros de que el bebé de verdad es la vestidura real.

Y si le decimos: «¿Por qué no juegas con el bebé de verdad? Ves que la mamá del bebé y otras personas juegan con él y lo besan». Probablemente responda que prefiere jugar con su muñeca, que es una falsa vestidura y la razón por la que los mayores besan y juegan con bebés reales es porque no desean sentir placer, pero yo quiero disfrutar mi vida, así que mejor juego con mi muñeca». Y realmente es así, alguien que aún no tiene desarrollo suficiente, no puede sentir placer de una vestidura verdadera, aunque ahí es donde hay placer real. Es similar al caso de LoLishmá (no por el Creador) y Lishmá (por el Creador). Cabalista Baruch Shalom HaLevi Ashlag (Rabash), Carta 12.

Esta alegoría dice que hay gente que prefiere vivir en la mentira y se somete a la mentira, sin querer ver la verdad.

También hay gente que se preocupa por la verdad, es decir, por entrar la espiritualidad y que se prepara para el logro, conectándose con su entorno, que es un grupo que comparte la aspiración común de alcanzar la verdad: el propósito de vida, que es adhesión con el Creador, la fuerza superior de amor y otorgamiento.

Si deseamos alcanzar la verdad en la vida, debemos preocuparnos por nuestro entorno y tratar de estar más cerca de la verdad, es decir, amar, otorgar y buscar conexión, incluso si no sentimos placer al hacerlo. El placer llegará, pero mientras tanto, sentimos oscuridad al actuar así. Después nos involucraremos en la correspondencia entre oscuridad y verdad, entre placer y falsedad, hasta que, eventualmente, de forma genuina busquemos alcanzar la verdad.

Así, aquellos que desean alcanzar la verdad, deben amar, otorgar y buscar conexión para poder ir de la oscuridad (falta de placer) a la Luz. Porque, cuando tratamos de sentir con esas acciones, no hay vasijas para sus cualidades. Por eso, debemos tratar de tener vasijas y al hacerlo, llegaremos a la Luz.

Al conectarnos unos con otros en una mezcla heterogénea de satisfacciones falsas, nos aferrarnos a esa conexión como si montáramos un caballo y cabalgáramos sobre emociones falsas  En consecuencia, podemos esperar el estado que los cabalistas describen como “tu oscuridad brillará como tu Luz” en nuestra conexión y eventualmente, llegará la verdad.

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