No. El grupo de Abraham, que salió de Babilonia, estuvo en logro espiritual por un breve período. Cuando salió de Egipto, ascendió a un nuevo nivel y después, durante la construcción del Primer Templo, ascendió aún más.
Cuando hablamos del Templo, no hablamos de un edificio de piedra y madera. En realidad, hablamos de la construcción interna del alma. Hubo un período de logros espirituales importantes, cuando se construyeron el Primer y el Segundo Templos, después, caímos de esos grados espirituales, eso fue hace unos 2,000 años.
El grupo de Abraham, que recibió el nombre de “pueblo de Israel” y más tarde, bajo la dirección de Moisés, de “pueblo judío”, alcanzó grandes logros espirituales. Pero, la humanidad en general, no alcanzó la espiritualidad, porque mientras estuvo en Babilonia, no pudo dominar el método de la revelación de la fuerza única de amor, otorgamiento y conexión que hay en la naturaleza, a la que se le llama «Creador». Por eso, Abraham tuvo que salir de Babilonia con quien quiso seguirle.
Si bien, la humanidad en su conjunto nunca alcanzó el logro espiritual, hoy estamos en una nueva etapa evolutiva, en la que hasta la última persona deberá alcanzar la espiritualidad. Todos tienen ese potencial. Ya estamos en el estado colectivo de adhesión, entre nosotros y con la fuerza de amor, otorgamiento y conexión que nos mantiene unidos. Ese estado tiene varios nombres, entre ellos “alma unida de Adam HaRishon” y “Maljut (reino) del mundo de Ein Sof (Infinito)”. Ese es nuestro estado verdadero, eterno y perfecto. Poco a poco estamos evolucionando para descubrirlo. En consecuencia, cada vez más gente empieza a despertar con el deseo de algo más y diferente a la gama de placeres mundanos.
Si en los tiempos de la antigua Babilonia, la humanidad no siguió el método de Abraham. Hoy estamos en un nuevo estado, en el que el sufrimiento aumentará y nos obligará a cuestionar, cada vez más, la forma en que pensamos y actuamos en el mundo. De una forma u otra, ya sea con mayor conciencia del sistema de la naturaleza y de nuestro papel en ella o por nuestra aspiración de adaptarnos a sus leyes integrales o gracias al sufrimiento cada vez mayor, el destino final de todas y cada uno, es alcanzar el logro espiritual. Fue escrito: “Porque la tierra estará llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar” (Isaías 11, 9) y “Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande” (Jeremías 31, 33).
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Ya estamos en el estado colectivo de adhesión, entre nosotros y con la fuerza de amor, otorgamiento y conexión que nos mantiene unidos.
Esta parte me gustó para llegar a la espiritualidad colectiva.
Muchas Gracias Sr. Laitman por compartir los conocimientos de la Cabalá.