Antes de que el COVID-19 tomara el mundo por asalto, los periódicos a menudo se enfocaban en la propagación del antisemitismo global. El coronavirus pone a la humanidad en modo de supervivencia y cuando te ocupas en salvar tu vida y la de tus seres queridos, hay poca energía para odiar.
Pero ahora, al parecer, la pausa del antisemitismo está por terminar y el odio a los judíos está volviendo. Era obvio desde el principio, que los judíos no deberían depositar sus esperanzas en el súper virus para evitar la ira de las naciones, pero ver el regreso del antisemitismo, incluso antes del pico de la pandemia, sin duda es motivo de preocupación.
Expertos y ecologistas de todo el mundo afirman día y noche, el brote es producto de nuestro egoísmo. Nuestra avaricia, mercantilismo y explotación de la naturaleza y de las demás personas, agotaron los recursos de la Tierra, expulsaron a los animales de su hábitat natural y los llevaron a una proximidad poco saludable con los humanos, además, empujaron a decenas de millones de personas a vivir por debajo del umbral de un ingresos que permita mantener una salud adecuada. Este es un caldo de cultivo para gérmenes de todo tipo, una bomba biológica esperando explotar.
En términos simples, nuestro ego agotó el planeta, lo desequilibró y ahora, el planeta recupera el timón y restablece su equilibrio, a costa nuestra. No es venganza, es el acto de restablecer el equilibrio.
Culpen al gerente
Si el coronavirus nos enseña algo, es que no podemos seguir bailando únicamente al son de nuestro ego; tenemos que equilibrarlo. Pero, ¿cómo lo hacemos?
He hablado extensamente de la respuesta a esta pregunta en mis libros; Como un manojo de Cañas: por qué la unidad y la responsabilidad mutua están hoy en la agenda del día y en mi última publicación, La elección judía: Unidad o antisemitismo: Hechos históricos sobre el antisemitismo como reflexión sobre la desunión social entre judíos. De manera sucinta, los antisemitas nos culpan por todo lo que está mal en el mundo, pues sienten que lo controlamos, por eso, cualquier cosa que esté mal en el mundo, es por nuestra culpa. Del mismo modo que culpas al gerente de una empresa, cuando no funciona bien, los antisemitas culpan a los judíos cuando el mundo no funciona bien. Según la Liga antidifamación (ADL, por sus siglas en inglés) y muchas otras ONG que monitorean el odio contra judíos, hoy, un gran y creciente número de personas en el mundo son antisemitas. Combina eso con el hacho de que el planeta lanzo una pandemia contra la humanidad y así, tenemos una tormenta perfecta que amenaza con explotar en la cabeza de los judíos en todo el mundo.
Las voces extrañas de izquierda y derecha que claman que los judíos tienen la culpa de todo, son las gotas que vienen antes de la lluvia. Las nubes en el horizonte muy cercano son oscuras, pesadas y verdaderamente amenazadoras.
Encontremos refugio en nosotros mismos
Los judíos no se han quedado sin tiempo. El paréntesis aún no termina. Su refugio, como siempre, está en su unidad. Esto es, siempre ha sido y siempre será su dosel, su refugio contra la tormenta. Todos los líderes judíos, desde la época de Abraham, Isaac y Jacob han instado a los judíos a unirse para evitar la aflicción.
Sin embargo, especialmente hoy, nuestra unidad no puede ser únicamente por nuestro propio bien. No somos los únicos que necesitamos unidad; todo el mundo la necesita. Nosotros, Israel, somos culpados porque el ego destruye al mundo; por eso, somos los que debemos mostrar la salida, uniéndonos por encima de nosotros mismos. Si nos unimos y nos convertimos en modelo de unidad a seguir, seremos la versión moderna de «luz para las naciones», el ejemplo que el mundo necesita hoy.
En un mundo esclavizado por el ego, ¿quién mejor que nosotros, puede guiar el camino hacia la libertad en estos días de Pésaj? Si nos unimos para ayudarnos a superar nuestro ego, es el único ejemplo que el mundo necesita ver. Por eso, la unidad es tan valiosa para nosotros y es nuestra única esperanza.
GRACIAS AL ETERNO POR SU VIDA.
NOS HA ENSEÑADO MUCHO.
Sus palabras movieron mi interior “unirnos por encima de nosotros mismos”, esto no es para todos, nuestras familias no están unidas existe mucho resentimiento. Muchísimas gracias . Nuestro refugio contra la tormenta es nuestra unidad.