Recientemente surgió la iniciativa de mostrar el rostro y nombre de asesinos y delincuentes sexuales en vallas publicitarias en Israel, para avergonzarlos. Crear conciencia sobre el crimen está bien, pero dar notoriedad a los delincuentes, logrará exactamente lo contrario y no cumple el objetivo previsto, los hará sentirse orgullosos de lo que hicieron e inspirará a otros delincuentes potenciales a actuar.
Steve Chapman del Chicago Tribune escribió en su artículo Priva a los asesinos en serie de la fama que buscan, “mientras más se conoce su nombre, más probabilidades hay de que inspiren a otros que buscan un reconocimiento similar”. Un hombre de 26 años que, en 2015, acabó con la vida de nueve personas en un campus universitario en Oregon, antes había escrito con respecto a otro asesino: «Un hombre que no era conocido por nadie, ahora es conocido por todos». Parece que mientras más personas asesinas, más eres el centro de atención».
La revista Time también escribió sobre el problema de dar notoriedad a los criminales, enfocándose en que los delincuentes utilizan las redes sociales para ganar fama, dañando a otros. En un artículo titulado Por qué Facebook incita a los delincuentes que buscan fama, Adam Lankford escribió: «Según encuestas del Pew Research Center, el 51% de estadounidenses entre 18 y 25 años, dicen que uno de los objetivos más importantes en la vida y en su generación, es ser famoso. De igual forma, como parte de sus ambiciones profesionales, muchos adultos compiten para hacer crecer su Twitter y promoverse en línea. Desafortunadamente, este deseo generalizado por fama, ha ido acompañado de una gran ceguera para distinguir lo que es “fama y fracaso». Adicionalmente y muy importante, Lankford agrega “Según este contexto social, no es de extrañar que gente que no puede obtener fama legalmente, cometa delitos para obtenerla”. Este riesgo es especialmente alto para personas con tendencias narcisistas, porque están “desesperadas por recibir atención y carecen de empatía por aquellos a los que tienen que pisotear para alcanzar sus metas». Scott Bonn se refirió a esta gente en un artículo publicado por Psychology Today, como «monstruos famosos» y agregó que algunos asesinos en serie, en realidad buscan notoriedad y participan activamente en crear su imagen pública».
Claramente, darles a los agresores la fama que buscan, no los avergüenza. Por el contrario, los enorgullece y alienta a otros delincuentes que lo harán con más arrojo del que tendrían si no hubieran visto la fama que recibieron otros delincuentes. En lugar de darles fama, debemos ver el problema desde un nivel más integral. Puesto que nuestra sociedad se está volviendo cada vez más narcisista y el narcisismo, como describió correctamente la revista Time es una de las principales causas de esas acciones, debemos tratar el narcisismo en la sociedad, si queremos evitar que los futuros agresores cometan estos actos.
Para eso, debemos fomentar la solidaridad social. Como señaló Lankford, las personas con tendencias narcisistas, son mayoría en la actualidad, están «desesperadas por recibir atención» y «carecen de empatía por aquellos a quienes pisotean para alcanzar sus metas».
En una sociedad donde hay solidaridad, todos reciben la atención necesaria. Los miembros de una sociedad así, sienten dependencia mutua, por ende, cultivan relaciones cálidas. Esta dependencia engendra conciencia de grupo y todos atienden las necesidades del grupo, tanto como las propias. Como resultado, tendrán cuidado de no pisotear a los demás, pues les dolerá como si se hicieran daño a sí mismos.
Una vez que se desarrolla conciencia de grupo, resulta más fácil asimilar la idea de que su grupo depende de otros grupos y que ellos dependen de su propio grupo. Eso expandirá su conciencia social y ampliará su rango de solidaridad social más allá de su grupo cercano, hacia la comunidad, la escuela y la ciudad. Gradualmente, el círculo de conciencia crecerá hasta abarcar todo el país y eventualmente, dependiendo de la preparación de otros países, abarcará el mundo entero.
Los actos criminales no ocurren porque la gente no sienta vergüenza, ocurren porque la gente no siente afinidad. Cultiva la afinidad y eliminarás el crimen. Este debería ser el objetivo principal en todos los sistemas educativos en el mundo. Si lo logramos, tendremos un presente seguro y un futuro feliz. Si no lo hacemos ni la vergüenza pública ni las advertencias ni los dispositivos tecnológicos para ahuyentar a los delincuentes, servirán.
Asertadamente. Muchas gracias. Bendiciones infinitas 🙏