Los problemas de hoy pueden no parecer tan graves como los que la humanidad sufrió en el pasado. Rara vez se matan decenas de personas, no hay una peste que amenace con diezmar a la mitad de la población de Europa, ningún tirano busca conquistar la mitad del mundo, al menos no todavía y el hambre no amenaza con cobrar miles de millones de vidas. Ciertamente hay muchos de los problemas que acabo de señalar y muchos más, pero nada tan colosal como hemos visto a lo largo de las crónicas de la humanidad.
Sin embargo, los problemas son muy graves. Son serios porque puede que no perezcamos en masa como antes, pero nuestra tolerancia tampoco es la de nuestros antepasados. Somos sensibles, por lo tanto, sufrimos y nos duele mucho más, con mucho menos dolor. Esto puede parecer un defecto, pero en verdad, el dolor no es inútil; nos impulsa a la acción. Si necesitamos menos aflicciones para avanzar, es mejor para todos. Si esos niveles de dolor no fueran suficientes para nosotros, estaríamos viendo niveles de angustia similares a las atrocidades que nuestros antepasados medievales soportaron.
Estas crisis, relativamente leves, nos están transformando. Poco a poco, están engendrando una nueva humanidad, donde todos se sienten conectados y mutuamente dependientes. En esta humanidad, es un hecho que una infección en un lugar es una infección en todas partes. La gente sabrá que este lema no sólo se refiere a los virus, sino a todo lo que duele a la humanidad. Ve las inundaciones en ciudades y pueblos, los incendios forestales devastadores en todo el mundo, las tensiones sociales que parecen muy similares en varios países y por supuesto, el virus. Realmente somos una aldea global y nada lo prueba más inequívocamente que nuestros problemas.
Sin embargo, podemos convertir esta pesadilla en una bendición. La cercanía es preocupante y paralizante, sólo cuando hay odio entre la gente. Cuando la hermandad y la amistad gobiernan, la cercanía es bienvenida y ventajosa. La cercanía es un hecho. No podemos desconectarnos del resto del mundo. Por eso, nuestra única opción es convertir nuestras malas conexiones en positivas. La unidad es la cura para todos nuestros males y agonías. Podemos decidir si nos curarnos a nosotros mismos o seguimos sufriendo.
Extraordinario!!! Muchas gracias 🌹 Dios los bendiga grandemente 🙏