“Porque eres un pueblo santo para el Señor tu Dios. De todos los pueblos sobre la faz de la tierra, el Señor te ha elegido para que seas de Su exclusiva posesión” – (Deuteronomio 14: 2)
Israel se prepara para una gran fiesta en su 70 aniversario en este Día de la Independencia; espero que esté listo para recibir el mayor regalo de todos.
70 años es sin duda un plazo de tiempo especial. Representa el promedio de años que vive una persona: un tiempo en el que reflexionar sobre lo que hemos alcanzado en nuestras vidas. Del mismo modo, ha llegado el momento de reflexionar sobre lo que hemos alcanzado como nación:
¿Hemos avanzado hacia un objetivo tangible y unificado?
¿Realmente benefician a alguien nuestros logros en alta tecnología, ciencia, medicina o defensa?
No cabe duda, cualquier nación que hubiese alcanzado lo que nosotros hemos logrado en los últimos 70 años con los medios que tenemos estaría muy orgullosa de sí misma.
Sin embargo, la cuestión es: ¿deberíamos medirnos por el mismo conjunto de valores que otras naciones?
Nosotros, el pueblo de Israel, somos un pueblo único. Ya sea porque la Torá habla de nuestra singularidad como “pueblo elegido” (Deuteronomio 14: 2) y como un pueblo que “trae Luz al mundo” (Midrash Rabá, Cantar de los Cantares, Parte 4), o porque las naciones del mundo nos señalan con unas presiones antisemitas cada vez más intensas, vemos que no podemos dormirnos en los laureles. Al contrario, debemos mantenernos siempre alerta ya que, dada nuestra singularidad, se nos aplica criterios más estrictos.
Nuestra historia -dentro y fuera de los confines del Estado de Israel- está teñida de genocidio, guerra, exilio y antisemitismo. Incluso en nuestros días, una votación de la ONU sobre la existencia del Estado de Israel podría poner fin muy probablemente a la existencia del Estado de Israel; tan rápido como se aprobó hace 70 años.
Por lo tanto, necesitamos examinar nuestra ideología, nuestra Torá, nuestra historia, nuestro destino, nuestra actitud hacia todas las naciones, y después comprobar si estamos realizando la introspección correcta en este año tan especial.
¿Por qué no se aplica el mismo conjunto de valores a Israel que a otras naciones?
Israel continúa buscando reconocimiento mundial por sus contribuciones en alta tecnología, ciencia, medicina y agricultura; sin embargo Israel representa un conjunto de valores totalmente diferente. Por lo tanto, por mucha tecnología de vanguardia que Israel exporte al mundo, la postura del mundo hacia Israel seguirá siendo aún más resentida y estricta.
La nación judía fue establecida en la antigua Babilonia por Abraham el Patriarca. Abraham unió en Babilonia a todos aquellos que llegaron a él para formar parte del primer movimiento de “unidad por encima de las diferencias”. Las personas que no quisieron dejarse llevar por el decadente espíritu babilónico de aquella época y que sintieron la verdad en el llamado de Abraham a “amar a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18) se congregaron en torno a él. Abraham unió a ese primer grupo de personas, los llamó “Israel” (Yashar El) (Drush, Ramjal), y los guió hacia la tierra de Israel, la tierra de Canaán.
El singular espíritu de ese grupo residía en su voluntad de unirse sobre la base de un amor fraternal conjunto. Fue muy difícil porque el ego de cada individuo ardía con reclamos. Pero a pesar de todo, hicieron el esfuerzo de unirse siguiendo un principio: “el amor cubre todas las transgresiones” (Proverbios 10:12).
El método con el que Abraham instruía se llama “la sabiduría de la Cabalá”. Es un método que guía a las personas a través de un proceso de unión por encima de todas las diferencias. Una vez que se implementa la unidad en un grupo, puede extenderse más y más hasta llegar a la totalidad de la humanidad.
Sin embargo, tras nuestro regreso a la tierra de Israel, no aceptamos el principio unificador de “ama a tu prójimo como a ti mismo” como método clave necesario para sustentarnos y crecer: no aceptamos que este principio unificador es lo que nos define como pueblo de Israel en la tierra de Israel. Lo dejamos atrás y ha desaparecido a lo largo de las generaciones.
En estos tiempos en los que la división social es generalizada y la unidad es más necesaria que nunca, no sabemos cómo mostrar al mundo el método de la unidad por encima de nuestras diferencias, el método que puede arreglar todos nuestros problemas y los de toda la humanidad.
¿Por qué el mundo siente cada vez más rencor hacia Israel?
La unidad es una necesidad creciente, y nuestra identidad se basa en que se nos dio el método para implementar y transmitir la unidad, por consiguiente, al no cumplir esta función para la humanidad, suscitamos la actitud negativa del mundo.
Inconscientemente, las naciones del mundo sienten que poseemos un secreto especial para el éxito y que se lo estamos ocultando. Según suele decirse, puede ser percibido como un desmedido poder en las finanzas, la política, los negocios o los medios, pero estos sentimientos tienen una raíz más profunda que ni Israel ni las naciones del mundo pueden aún identificar, y es que esperan de nosotros que traigamos el método de corrección al mundo. Por lo tanto, hasta que no lo hagamos, el antisemitismo solo continuará agravándose.
Entonces, ¿dónde está el mayor regalo para la conmemoración del 70 aniversario de Israel?
Además de celebrarlo, podemos añadir concienciación acerca de cuál es nuestra verdadera identidad, nuestra misión y papel en el mundo. Podemos concentrarnos en lo que necesitamos para desarrollar nuestra capacidad de unirnos en el futuro, agregando así unidad a todo el progreso que hemos logrado hasta hoy.
La sabiduría de la Cabalá -un método para unir a las personas y naciones- es realmente el mayor regalo que podemos hacer al pueblo israelí en su 70 aniversario porque incluye las soluciones para todos los problemas que estamos experimentando: las soluciones para unirnos por encima de nuestras divisiones internas en política, religión y asuntos sociales; las soluciones a nuestra complicada situación de seguridad y las relaciones con otros pueblos y países; las soluciones para resolver todos nuestros problemas domésticos y personales.
Y aún más: al unirse, las naciones del mundo dejarán de sentir que les estamos ocultando algo. Comenzarán a sentir una mejora en la conciencia, un cambio positivo en sus vidas, y la tendencia al antisemitismo se invertirá: seremos tratados con gran respeto porque empezarán a percibirnos como un conducto por el que fluye el bien y que llena la vida de las personas.
El regalo es la plenitud, la abundancia y el llenado sin límites que podemos experimentar si dejamos que la luz de la unidad entre en nuestras vidas. Y el medio para recibir este regalo es cubrir todas nuestras diferencias, divisiones y conflictos bajo un mismo paraguas de amor mutuo.
Mi organización, el Instituto para la Educación e Investigación de la Cabalá Bnei Baruj (Cabalá La Am en Israel), también realizará su propia celebración del 70 aniversario de Israel con la Convención Mundial de Cabalá del 20 al 22 de febrero de 2018. La convención será una fiesta de unidad por encima de las diferencias, con más de 7.000 personas de más de 50 países en el Centro de Convenciones de Tel Aviv. Invito cordialmente a todos los que deseen experimentar la verdadera esencia de la identidad de Israel, su cultura y singularidad, a que se unan a nosotros. Todas las personas que sientan la más mínima curiosidad o atracción por la sabiduría de la Cabalá o que sientan la unidad como una solución a cualquier problema, les animo a participar.