Hay vida antes y después de la aparición de la pandemia. Nuestro mundo físico se está transformando cada vez más en un entorno virtual, señala lo que nos depara el futuro. Trabajo, amigos, estudios, vida comunitaria: todo adquiere una dimensión virtual, ¿cómo afectará esto a nuestras relaciones interpersonales, emociones y rendimiento? Puede afectar a nuestra vida positivamente si usamos la nueva realidad tecnológica para profundizar y mejorar nuestra conexión humana.
Según un estudio reciente de la Universidad de Stanford, Estados Unidos es una economía de trabajo en casa, con alrededor del 42 por ciento de la fuerza laboral trabajando tiempo completo de forma remota, dadas las medidas de distancia social. La fuerza laboral restante son empleados de servicios esenciales, que trabajan en sus instalaciones o gente que fue despedida debido a la crisis económica de la COVID-19.
Las ondas de choque desatadas por la pandemia continúan afectando al mundo entero y cambiarán nuestra mentalidad para siempre. El estilo de vida al que estábamos acostumbrados se detuvo y la pantalla, ahora sustituye el contacto cara a cara. Sin nuestra tecnología de comunicación actual, el mundo habría sido arrojado a un período global de aislamiento destructivo.
A medida que profundicemos nuestra exploración de la comunicación virtual, descubriremos que esta nueva realidad es mucho más práctica y económica que la anterior. Los empleadores pueden reducir drásticamente los costos y los empleados pueden ser más eficientes y productivos. Durante un día, virtualmente, se puede conocer con muchas más personas en lugares remotos, celebrar reuniones, intercambiar ideas, compartir documentos y ejecutar muchas otras tareas importantes. El espacio de trabajo virtual ahorra viajes, embotellamientos, nervios y accidentes, además del beneficio ambiental por la reducción de emisiones de combustible.
Pero, pensemos por un momento: ¿falta algo en el trabajo virtual en comparación con el encuentro físico? En la pantalla, no podemos oler el perfume de la persona con la que hablamos ni nos impresionan los artículos lujosos que usa, por ejemplo. Todas las trampas externas se vuelven superfluas e irrelevantes en este contacto.
La profundidad del sentimiento y la intensidad de las nuevas conexiones virtuales también nutrirán el desarrollo de nuevas dimensiones en nuestras emociones. Los que ya tienen experiencia en comunicación virtual, saben que, a veces es precisamente en este nuevo tipo de conexión, en las que se pueden expresar emociones más profundas que en el contacto físico, porque en la conexión virtual la gente se siente más segura y puede expresarse más libremente. Además, al saber que se están comunicando de forma remota, por un tiempo limitado, puede aumentar el compromiso que ambas partes sienten en la reunión y también el deseo de invertir más en ella.
Muchas actividades adicionales también se pueden hacer en una vida comunitaria virtual: reuniones, clases, juegos y más. Con la mente abierta, en la dimensión virtual se pueden descubrir nuevas oportunidades que no existen en la convivencia física.
Aunque estamos en un período de transición y es natural que surjan preocupaciones, con el tiempo nos acostumbraremos a las conexiones virtuales y no sentiremos que falte nada en ella. Las conexiones virtuales se extenderán gradualmente en todas direcciones (aprendizaje, actividad física y más), serán a través de las computadoras y sentiremos que estamos realmente inmersos en experiencias compartidas.
Con el tiempo, las conexiones virtuales también nos cambiarán de forma importante. Poco a poco, nuestro enfoque se centrará, cada vez más, en los pensamientos planteados por la persona frente a nosotros -sus ideas, deseos y planes- y menos en su apariencia externa. A medida que la relación se profundice, su imagen interna se revelará en nosotros, incluso si nos llegamos a encontrar físicamente y descubrimos que su aspecto es diferente de lo que esperábamos, no cambiará nuestra impresión pues estaremos conectados con su riqueza interior y sus cualidades especiales.
En este nuevo mundo virtual, desarrollaremos una opinión y sentimiento interno de los demás. Ascenderemos a una dimensión superior de la vida, donde nos separamos de la forma física y nos conectaremos con la esencia interior. Ese nivel de conexión llenará todos los vacíos y carencias de nuestra vida social y el mundo que sentiremos, simplemente, será mucho mejor.
Sentiremos la esencia interna de cada uno y nos comunicaremos entre nosotros con corazón y alma. Todos en la sociedad sentiremos que podemos conectarnos con otros en una conexión más interna y eso nos dará una sensación de vínculo ilimitado, con el que podremos romper los límites de la percepción. Así, nos liberaremos de todas las restricciones que sentimos hoy y alcanzaremos el estado más alto posible. Finalmente, usaremos la conexión virtual no como el objetivo final, sino como la puerta de entrada para trascender a relaciones humanas más reveladoras de amor y unidad.
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