Cuando vemos cosas en otros que nos molestan, tenemos trabajo que hacer.
¿Cuál es ese trabajo?
Los defectos que vemos en los demás, debemos tratar de verlos en nosotros mismos. Es decir, los defectos que vemos en otra persona, en realidad son nuestros propios defectos.
¿Cómo funciona?
Sucede porque en nuestro núcleo somos el deseo de disfrutar sólo en beneficio propio y deseamos disfrutar de los demás. Cuando algo de otra persona no nos permite disfrutar, desarrollamos cierto disgusto hacia ese comportamiento. Por eso, la falla está en nuestro aparato de percepción, pues deseamos usar a otros para nuestro beneficio.
Por eso, deberíamos tratar de ver que, lo que nos disgusta en los demás, en realidad son nuestros defectos, si estuviéramos corregidos, es decir, si cambiáramos la forma egoísta con la que nos relacionamos con los demás, donde buscamos usarlos para nuestro placer, a una actitud altruista, donde busquemos darles placer y ayuda, no veríamos fallas en nadie.
Es un trabajo psicológico, muy realista y práctico. En pocas palabras, si vemos algo malo en los demás, es porque somos malos, si estuviéramos corregidos, no veríamos defectos.
¿Qué quiere decir estar corregido?
Estar corregido es percibir los defectos en nuestro interior y saber que no vemos el mundo, sino nuestra proyección, la proyección de nuestros deseos de disfrutar sobre el fondo de una luz blanca, la fuerza de amor y otorgamiento de la naturaleza. Estamos rodeados por un océano de amor y si vemos algo además del amor, es porque proyectamos cualidades opuestas.
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