Cómo salir de la pandemia en un mundo dividido

Una mujer con mascarilla pasa frente a una camioneta móvil de pruebas de coronavirus, mientras los casos de la variante Delta siguen aumentando. Washington Square Park, ciudad de Nueva York, EUA, 22/jul/21. REUTERS / Brendan McDermid

La Covid-19 dividió al mundo entre quienes apoyan firmemente la necesidad de vacunación masiva para enfrentar la pandemia y quienes se oponen con vehemencia a la inoculación obligatoria y a las restricciones y toman las calles de Europa y EUA para expresar su descontento. A medida que la variante Delta se extiende por el mundo, sólo en EUA, se informa de un promedio de 43,000 casos nuevos cada día, un aumento del 65% en una semana, ¿Cómo podemos salir de la pandemia en un escenario tan dividido?

Está escrito, «Habito entre mi propia gente» (Reyes 2, 4:13), una declaración que significa: Soy parte de la sociedad en la que vivo y comparto el estado de ánimo del público. Si la vacuna es aceptada por la mayoría y recomendada por los funcionarios de salud, debo ir a vacunarme. No me aparto de la gente ni me considero más experto que los expertos.

Así elegí y seguiré eligiendo actuar, ciertamente no determinaré las opciones para mis conocidos o estudiantes ni tengo la autoridad para hacerlo. Cada uno es libre de tomar su decisión independiente. Respeto y acepto con gran amor a cada uno y sus decisiones.

Tiene sentido que haya preocupación y objeciones -ansiedad por lo desconocido y temor por riesgos y otras dudas que surgen de gente involucrada en el campo de la medicina. Esas voces se han escuchado y han resonado en el espacio público desde el día en que estalló la plaga. Pero, no llegaremos a una conclusión unánime dado el torbellino sin fin de rumores.

Los sabios escribieron en blanco y negro acerca de la ley espiritual: «Se enseñó en la escuela del rabino Ismael acerca del versículo, ‘Él hará que sea totalmente sano’ (Éxodo 21:19). De aquí aprendemos que al médico se le dio permiso para sanar». (Talmud de Babilonia, Berajot, 60a) La fuerza suprema de la naturaleza cura a través de su representante dentro de la sociedad.

Es cierto que la medicina actual tiene fallas fundamentales. Y también es cierto para todos los sistemas que construimos, porque cuando las relaciones entre los seres humanos se rompen y nuestras conexiones son egoístas, la sociedad misma se rompe. Naturalmente, la avería afecta al propio sistema. Pero, a pesar de todo lo negativo y positivo que forman parte del campo de la medicina, la naturaleza actúa en el médico para curar.

La medicina no es ni mejor ni peor que los seres humanos que dependen de ella. Los médicos no son ángeles y los sistemas de salud no son el cielo, aún así, con las deficiencias que hay, la situación médica sigue siendo el servicio que necesitamos. En otras palabras, la incorrecta medicina actual, es como guante para nuestra sociedad malcriada.

Si fuéramos mejores, seríamos sanados de esta pandemia de Covid por fuerzas más naturales o encontraríamos soluciones más creativas. Pero no nos corrigen. Todos pueden ver que la humanidad es una sociedad que se come a sí misma desde adentro. La gente se comporta mal entre sí. Estamos encerrados en nosotros mismos con cálculos egoístas, ignoramos que no estamos solos, que estamos conectados y somos interdependientes. Desafortunadamente, no podemos esperar una cura, hasta que todo dentro de la sociedad humana funcione correctamente. Mientras tanto, tenemos que recuperarnos de enfermedades y la solución disponible se viste de materia, de química, de vacunas.

Si hacemos un cambio para mejor a la sociedad, si nos convertimos en una sociedad más solidaria, amorosa, considerada, cercana y saludable, la medicina física también mejorará. Nunca será al revés. La medicina no mejorará hasta que nosotros cambiemos.

Así, en cada área y en cada situación de nuestra vida, cuando estemos más corregidos, nuestro mundo también será más corregido. Las plagas desaparecerán, el aire se limpiará, el agua se aclarará, los volcanes se calmarán, los huracanes y otras fuerzas duras disminuirán. Todo depende de nuestro estado interior, de nuestras relaciones.