Aparentemente, siempre tomamos decisiones. En práctica, no es del todo cierto que, hasta hoy, hayamos tomado una sola decisión verdaderamente importante sobre el significado de la vida o sobre el potencial que se esconde en nuestro interior.
Si nos detenemos por un momento y hacemos un mapa de todo lo que atravesamos durante un día o una semana típicos, encontraríamos que la mayoría de lo que hacemos es por necesidad. Tenemos compromisos, marcos de acción preestablecidos, agendas. Las principales elecciones que tomamos están relacionadas con lo más urgente que debemos resolver, aquí es importante saber de antemano qué vamos a hacer y cómo priorizar nuestras tareas y planificar nuestro tiempo para cumplir con nuestras responsabilidades.
En decisiones mundanas, puede ser una buena idea consultar con expertos, escuchar la opinión de personas en las que confiamos, etc. Pero, en las decisiones sustantivas que pertenecen a la esencia de nuestra propia vida, es importante escuchar nuestra voz interior. Sólo eso.
Pero debemos buscar la voz más íntima, nuestra verdadera voz y no las opiniones de otras personas, incluso, padres o amigos. Tenemos que escuchar a nuestro auténtico ser interior que responda a las preguntas más significativas de nuestra existencia: ¿Quién soy? ¿qué me atrae? ¿para qué quiero vivir?
Si sentimos la necesidad interna de determinar qué es lo que más nos importa en la vida, nuestras metas más importantes, las decisiones diarias seguirán el ejemplo y se ajustarán sin problema.
En general, es importante mantener el equilibrio entre la mente y las emociones, no es sencillo. Por un lado, la mente ayuda a tomar decisiones en lugares donde falta la emoción. Por otro lado, si sólo seguimos a la mente, es posible que no podamos apreciar la imagen más amplia, la que garantiza tomar la decisión correcta. Por eso, el equilibrio entre mente y emoción es que se complementen, de modo que las acciones emocionales serán el resultado de un proceso informado y las decisiones racionales nos ayuden a sostenernos emocionalmente.
En el nivel más avanzado de desarrollo aprendemos a estar por encima de nosotros mismos, es decir, por encima de nuestra emoción y mente, por encima de nuestros hábitos y patrones de pensamiento. Ese ya es un nivel de desarrollo espiritual en el que exploramos nuestro yo interior, lo que necesitamos corregir dentro de nosotros y cómo usar estos juicios para tomar las mejores decisiones.
La sabiduría de la Cabalá nos explica cuál es nuestra naturaleza, cuál es la naturaleza del mundo que nos rodea y a dónde, la evolución, necesariamente hace avanzar a la raza humana. Cuando todo el mapa del desarrollo comience a desplegarse ante nosotros, descubrimos en qué podemos influir y en qué no, dónde está exactamente nuestro libre albedrío. Esto describe el proceso de toma de decisiones al más alto nivel posible, para una vida plena y significativa.
Extraordinario!!! En esta etapa de mi vida. Sigo en la búsqueda del carácter maduro. Coherente con lo que pienso, siento, hablo y actuó. Estoy en las manos del que lo puede todo Dios y mi disposicion de no rendirme. Muchas gracias 🌹 bendiciones infinitas 🙏🌹🙏