Una vez más la nación de las “Startup” aporta un nuevo avance, esta vez en forma de corazón humano. Los investigadores de la Universidad de Tel Aviv han mostrado que es posible tomar tejidos humanos y utilizarlos para imprimir en 3D un corazón vivo. La estimación es que, en una década, comencemos a despedirnos de los trasplantes de órganos.
Recuerdo el primer trasplante de corazón, que fue llevado a cabo en Sudáfrica en 1967 y tuvo un gran impacto en el mundo entero. La gente se sorprendió y quedó desconcertada ante la idea de que su corazón pudiera ser reemplazado por el de otra persona. Esto hizo que surgieran todo tipo de preguntas como, por ejemplo, si un trasplante de corazón podía cambiar los sentimientos o el carácter de una persona.
Eso fue a mediados del siglo XX, lo que demuestra lo confundida y rudimentaria que puede ser nuestra forma de pensar cuando se trata de comprender la diferencia entre el cuerpo y la esencia superior del ser humano.
Nos cuesta abandonar la idea de que nuestra esencia está conectada con el cuerpo. Sin embargo, la tecnología nos adentra en un mundo en el que todos nuestros órganos pueden ser imprimidos, clonados y reemplazados: el mundo de la medicina en gran medida estará dominado por robots e inteligencia artificial que reemplazarán a médicos humanos.
Esta revolución en el mundo de la medicina nos ayudará a ver que somos algo más de lo que son nuestros cuerpos. Y desde ese momento, nos será más fácil reconocer que la verdadera esencia del ser humano no reside en el cuerpo.
La sabiduría de la Cabalá explica que la esencia más profunda del ser humano es una chispa espiritual que existe en una realidad más allá del tiempo y el espacio. Y nuestra siguiente fase de desarrollo es descubrirla. Por lo tanto, el hecho de darnos cuenta de que no está en nuestro cuerpo ya es un avance para la humanidad.
Si queremos empezar a indagar cuál es nuestro propósito superior, primero deberíamos darnos cuenta de que el progreso tecnológico solo puede ampliar nuestro conjunto de herramientas y mejorar nuestras vidas en un nivel físico de existencia.
A lo largo de los siglos, los cabalistas continuamente han desarrollado una tecnología espiritual para que podamos alcanzar un nivel de existencia verdaderamente más elevado –en donde todos estamos conectados por encima de nuestros cuerpos– y desarrollar nuestro potencial espiritual único. Ahí es donde descubrimos el propósito de nuestra vida y cómo está conectado a la fuerza que guía toda la realidad. En otras palabras, la Cabalá puede enseñarnos a manejar la impresora espiritual capaz de imprimir el alma humana.
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