Todos esperan que la pandemia de coronavirus finalmente termine. Pero la COVID no va a ir ninguna parte. Vino a cambiar nuestro pensamiento y no se irá antes de terminar. Tomará algún tiempo. La humanidad es una gran masa de gente muy diferente. Necesitamos tiempo para adaptarnos, para sentir la nueva realidad, entender de dónde viene y por qué.
Nos acostumbraremos a la . Para el otoño, ya nos sentirnos más familiarizados. Pues las personas se acostumbran a todo; incluso se acostumbran a las enfermedades crónicas y aprende a vivir con ellas, aquí sucederá lo mismo.
Por el momento el sistema aún es inestable; Todavía está sacudiéndose y saltando por el impacto del virus. La fase de transición disminuirá y el sistema adquirirá una nueva apariencia: percibirá a la humanidad como un todo. La humanidad sufre muchos problemas: hambre, incendios, sequías, huracanes; la lista es interminable. Pero ya empezamos a percibir estos problemas integralmente, juntos, como un todo.
El siguiente golpe después del coronavirus será la escasez de lo más necesario: alimento, agua, medicamentos y electricidad. Esto reducirá las demandas de la gente y la obligará a ser más modesta. Ya no tendrá impulso para viajar alrededor del mundo.
El coronavirus nos enseña la sabiduría de la vida. Sólo necesitamos saber que estamos en un sistema integral que avanza a un nuevo estado de equilibrio, señalado en la naturaleza. A medida que este proceso se desarrolla, nos lleva por diferentes estados. Si apoyamos el proceso, percibiremos que los estados son buenos. Si nos resistimos, lo sentiremos doloroso y opresivo. Pero todo es para llevarnos hacia la recuperación completa del egoísmo.
Nada sucede por accidente, todo es con el propósito de corrección. Si examinamos lo que sucede hoy, con el objetivo final de la unidad en la mente, encontraremos que hay una línea clara que conduce de la posición actual al punto final. Si podemos verlo, veremos que todo se hace con un propósito.
La esencia del proceso es una conexión cada vez mayor. Actualmente, nos sentimos divididos, extraños. Sufrimos por nuestra oposición del resto de la naturaleza, pero ese sufrimiento nos impulsará a conectarnos. A medida que nos conectemos, nos volveremos cada vez más similares a la naturaleza y, como resultado el dolor se invertirá en placer. Cuanto antes hagamos la transición al estado de conexión, antes invertiremos cualquier sufrimiento en placer.
Aunque naturalmente nos oponemos a la conexión, pues nuestra naturaleza es inherentemente individualista, la naturaleza nos guiará por un estado a la vez hasta que aceptemos conectarnos. Cuando lo hagamos, descubriremos sus innumerables beneficios. Así como los hermanos que pelean y rivalizan cuando son jóvenes, pero se vuelven cercanos cuando crecen y se vuelven más sabios, así veremos los beneficios de la conexión después de que crezcamos en nuestro sentido de merecimiento.
La COVID-19 viene a curarnos. Al final, seremos mucho más saludables y nuestras relaciones serán mucho más amables, tanto entre personas como entre países. Ahora las fronteras están cerradas por la pandemia. Pero con el tiempo nos daremos cuenta de que son inútiles porque la conexión es la única solución que nos permite superar los problemas que el virus nos impone.
Resulta que la COVID no es una enfermedad; es un síntoma de recuperación. Esto es lo que sucede con todas las enfermedades: no sentimos la enfermedad en sí misma, sino la reacción del cuerpo cuando trata de recuperarse. Los síntomas dolorosos son signos de recuperación. El coronavirus nos muestra el camino hacia la recuperación del ego. Nos impulsa para avanzar y debemos responder en consecuencia.
No deberíamos, simplemente escondernos. Aunque al principio debemos distanciarnos, después debemos buscar cómo acercarnos. Si pudiéramos pensar en otros más que en nosotros mismos, el virus no representaría ningún peligro. Podríamos ir a cualquier parte, porque si nos preocupamos por los demás, no los dañaremos.
Sé que la mayoría aún no lo ve así, pero en unos meses será claro que el coronavirus construye conexiones correctas, para que todos piensen en los demás y no en sí mismos. Cuando lo logremos, todos estaremos sanos.
Correcto Doctor las guerras terribles que pasaron en muchas épocas y en todos los rincones de la tierra fueron terribles dolorosos después vino la paz, así lo mismo hubo cataclismos dolorosos, sequías y todo estos acontecimientos en su momento era como el fin del mundo para los seres humanos que las vivieron, gracias a Dios por este universo, nos encontraremos con más sabiduría más unidad y creo mejorará mucho mas las relaciones entre todos los países. Dios lo bendiga Doctor.
Así es!! Es un guía hacia la unidad, hacia La Luz. Gracias Rav Laitman por su gran sabiduría