En Australia, una mujer de 100 años compartió lo que considera el secreto de su larga vida. Dijo, la longevidad deriva de una actitud tranquila ante los eventos tumultuosos de la vida. Recomienda no guardar rencores y vivir aquí y ahora. Su credo es: «No te preocupes por cosas que tal vez nunca sucedan».
Si bien, puede parecer un buen consejo de vida, el cabalista considera que así, no hay vida. No preocuparse por el ayer ni por el mañana y sólo vivir aquí y ahora, es como vive el nivel animal, pero no el humano.
Toma cualquier animal: vive aquí y ahora. Otra cosa es que tengan premoniciones, pero si no tienen esa sensación, viven con lo que tienen. Los movimientos del animal son muy simples, mientras que los humanos se agobian con problemas cósmicos. Por ejemplo, las estrellas podrían estar explotando en otra galaxia y hay gente preocupada por eso.
Nuestras preocupaciones con el lugar donde estamos nos da sensación de vida. Por el contrario, una vida corporal tranquila, vivir sólo con lo que tenemos, es vida animal.
El cabalista es una persona que se abre al mundo, sale de sí mismo y participa. Absorbe los deseos y problemas del mundo y los procesa para activar su corrección, busca respuesta e intención óptima a todo lo que absorbe. Así, retroalimenta al mundo con la respuesta corregida de lo que absorbe.
Una vida así está lejos de no tener problemas. Aunque, el cabalista siente felicidad, porque sabe que cumple con un deber necesario. De lo contrario, no es vida humana. El cabalista no puede vivir de otra forma.
Sin embargo, en relación con la declaración de la dama, sobre no guardar rencores, eso sí es importante. También es natural para el cabalista, porque si aceptamos que todo viene de una sola fuerza, de la fuerza de amor y otorgamiento de la naturaleza, podemos decir que todo lo que sucede entre nosotros es la imagen del mundo que la naturaleza dirige. Si nos aferramos a esa imagen, nuestra actitud será correcta y práctica.
Así, ya no nos aferraremos a ningún rencor, porque, junto a la naturaleza, nos involucramos en la corrección del mundo, en la absorción y manifestación del mundo en el sistema. En otras palabras, no sólo observamos y absorbemos lo que nos rodea, sino que entendemos que es por nosotros y que se procesa en nuestra percepción de la realidad.
Y debemos actuar de modo que justifiquemos esta imagen que se proyecta dentro de nosotros. Vivir aquí y ahora es correcto, pero en el sentido de que “aquí y ahora” es la realidad que creamos. Recibimos nuestras impresiones de lo que la naturaleza nos da y lo procesamos como nuestro. Y constantemente corregimos nuestras impresiones y reflejo del mundo y lo hacemos para justificar la naturaleza en todos los grados de nuestra percepción.
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