¿Cuál es el mensaje y el significado de la unidad en el pueblo de Israel, ahora y a través de su historia?

People show solidarity with Israel on the Rambla. The mobilization was called for by all Jewish communal federations in Uruguay.

Tras uno de los ataques más trágicos contra el pueblo de Israel, que no es ajeno a las hostilidades, hoy millones de israelíes colman a sus soldados con suministros, regalos y apoyo. Personas de todos los ámbitos de la vida dan de sí mismas, sin preguntar quién recibirá su ayuda. En tiempos de crisis, las creencias y objetivos personales son reemplazados por una efusión de bondad y espíritu de unidad que une a la gente.

Actualmente, el pueblo de Israel siente una ola de ese espíritu de unidad. Su corazón se expande para ayudarse y animarse unos a otros. Comparten su enojo por la crueldad de la que acaban de ser testigos. Las historias y escenas de heroísmo, les inspiran, mientras que la crueldad y angustia, les entristecen. Ante los trágicos acontecimientos del 7 de octubre de 2023, la oleada de emociones disolvió las barreras heladas que les dividían y ahora abren su corazón.

Mientras está despierto el espíritu de unidad en el pueblo de Israel, es importante hacer planes para el futuro, usar el sentido común y aprender de la historia. ¿Por qué? Porque si la animosidad vuelve a convertirse en rutina, congelará el fervor actual.

El presente y el futuro de esta nación dependen de las promesas de hoy. Primero, debemos comprender mejor el papel central de la unidad, en nuestra vida. La unidad no debe ser sólo desde el corazón, también desde un lugar de sabiduría. De lo contrario, si en el momento siguiente, el resentimiento, la ira o la culpa afloran en el corazón, la unidad se hace añicos.

Vemos el ejemplo en la fundación misma del pueblo de Israel, hace unos 4,000 años. Fue un período marcado por crecientes deseos egoístas que separaban a la gente. Todos veían a los demás como amenazas ante sus propios deseos.

Pero Abraham se detuvo y preguntó por qué.

Observó profundamente el mundo y vio que nuestros deseos nos mueven en una dirección constante y egoísta y, descubrió a la fuerza única y sublime que habita en la naturaleza, detrás y más allá de nuestros deseos egoístas fragmentados. Al usar esa fuerza, descubrió cómo dirigir nuestros deseos en una dirección completamente opuesta, la dirección de dar. Descubrió que para lograr una vida armónica óptima, se requiere esforzarse por emular y adquirir la intención generosa, por encima de los deseos innatos y egoístas, aunque vaya en contra de los instintos humanos naturales.

Gente que sintió afinidad por las enseñanzas de Abraham, se unió a él. Venía de toda la antigua Babilonia y unida formó una sociedad basada en la idea de ejercitar y alcanzar la capacidad de dar, amar y conectarse positivamente, por encima de sus impulsos divisivos innatos. En consecuencia, descubrieron la ley fundamental de la naturaleza, que existe cuando nos conectamos en entrega mutua. Esa ley se conoció como «Ama a tu prójimo como a ti mismo». Es decir, nacemos como seres egoístas que siempre buscan beneficio propio, pero podemos lograr lo contrario: amar y cuidar a los demás como lo hacemos con nosotros mismos. Al hacerlo, entramos en equilibrio con la ley fundamental de la naturaleza, esa es la clave para una sensación completa de paz, armonía y felicidad.

Bajo el liderazgo de Moisés, en el monte Sinaí, esa sociedad se convirtió en nación. Ahí hicieron un pacto de apoyo mutuo para toda la vida, un pacto que, aún hoy, sigue rescatando y fortaleciendo al pueblo de Israel, cuando es tiempo de necesidad.

Desde entonces, hemos tenido muchos desafíos. Hemos pasado de una fuerte unidad a una discordia profunda y viceversa. Pero cada vez, el pacto –la promesa de seguir juntos– nos anima. Hubo un momento, durante el Segundo Templo, en el que nuestros desacuerdos fueron tan feroces, que nos separamos. El pacto se hizo añicos y no ha vuelto a ser el mismo, antes de los trágicos acontecimientos del 7 de octubre, de nuevo había muchas tensiones entre el pueblo de Israel.

De cara al futuro, nuestra esperanza es unirnos por encima de la división. Espero que tomemos conciencia de nuestra necesidad de unirnos y también de que, hacerlo está más allá de nuestra naturaleza, pero debemos despertar la capacidad de unirnos desde una naturaleza más fundamental y amplia, que esté por encima de la nuestra. Si nuestra unidad está separada de la fuerza de unidad de la naturaleza, seremos sólo un grupo -con unos pocos principios y algo de moral-, que trata de ocultar su creciente división interna. Lamentablemente, vemos que este último enfoque nos explota continuamente en la cara.

Por eso, espero que el espíritu de unidad que ahora llena al pueblo de Israel, siga con nosotros y que no permitamos que el siguiente resultado disidente en nuestros pensamientos, lo arrastre a un lado. En cambio, espero que hagamos la promesa de permanecer unidos (y de sumar la sabiduría de la unidad a nuestras emociones de unidad) y de  pedir fuerza para que esa unidad florezca y se extienda, no sólo en el pueblo de Israel, sino en la humanidad.

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