El significado de la Tefilat Ha-Derej (oración del viajero u oración del caminante) es que dejamos el lugar donde creemos vivir y vamos a otro lugar y por otro camino.
No sabemos cuánto tiempo estaremos en el camino ni cuándo llegaremos a nuestro destino. Tal vez pensamos que tomará sólo un par de minutos, pero nos encontramos en un camino que lleva varios años, que podría parecer interminable.
La oración dice, «que nos guíes en paz«, quiere decir, no debemos hacer daño a nadie en nuestro avance en la vida, en lo que surge de nosotros hacia los demás.
También dice, «dirige nuestros pasos en paz” es decir, deja que haya paz para nosotros y para todos los que encontremos en nuestro camino.
«Y haz que en la vida, alcancemos nuestro destino, felicidad y paz» es decir, que, en última instancia, todo lo que hagamos en el camino debe ser bueno para todos.
La traducción literal directa de Tefilat Ha-Derej es “Oración del Camino”, ¿Cuál es el camino? Es absolutamente todo y es interminable, es la oración de nuestra dirección y vida, es decir, es cómo debe ser nuestra vida.
«Durante el viaje, sálvanos de enemigos, de emboscadas, de ladrones, de bestias salvajes y de cualquier castigo y cualquier furia que surja y venga a nuestro mundo» es decir, debemos observar nuestros movimientos de un estado interior a otro. No habla de ubicación geográfica. Más bien, hace énfasis en nuestro progreso pacífico para evitar encuentros problemáticos con los demás y para que lleguemos seguros a nuestro destino: al «lugar» donde nos conectemos con lazos de bondad cada vez mayores.
El camino es la dirección hacia una conexión cada vez más profunda con los demás y con la naturaleza. ¿Por qué desearíamos dejar nuestra morada? Para ir hacia una mayor conexión.
Los ladrones son obstáculos que se nos envían al camino, nos ayudan a conectarnos más entre nosotros, para llegar al destino verdadero y último en la vida, a su propósito.
Nunca debemos oramos para tener un camino más suave, sino para que el camino nos lleve a nuestro destino, a una mejor y mayor cercanía entre nosotros y con la fuerza única, buena y amable de la realidad, los cabalistas le llaman “Creador». Dado que nos acercarnos entre nosotros y al Creador, depende de que ajustemos nuestra actitud para ser buenos y amables externamente, así llegamos a descubrir que somos uno y lo mismo.
La oración sigue: «Concédenos bendiciones en el trabajo de nuestras manos, garantiza la gracia, la bondad, la piedad ante Tus ojos y los ojos de todos los que nos vean«. Se refiere a que tratemos el mundo y todo lo que se nos presente, lo mejor que podamos, es decir, tratar de justificar todo y mantenernos conectados con la idea de que todo surge del Creador, la fuerza única, buena y amable. Al hacerlo, nos convertimos en conductos de bondad. Este es el significado de «Concédenos bendiciones en el trabajo de nuestras manos«.
Sólo puede haber bendición, si nos esforzamos por una mayor cercanía. Sin el esfuerzo por alcanzar una mayor cercanía entre nosotros y con el Creador, no podríamos pedir conexión y en consecuencia, no tendremos ninguna bendición.
La oración termina: “Y concédenos bondad abundante y escucha la voz de nuestra oración, porque Tú escuchas las oraciones de todos. Bendito seas Tú, Dios, que escuchas la oración”. Es decir, la oración termina cuando agradecemos al Creador por escuchar la oración.
Pero, ¿el Creador realmente escucha esta oración?
Es importante entender que, el Creador es la única fuerza de la realidad que actúa dentro de nosotros, así, todo lo que pensamos y decimos, prácticamente es Su deseo. En general, Él lo hace todo. En otras palabras, el mismo Creador pone la oración en nuestra boca, pues Él es la única fuerza que existe.
Es importante entender que esta oración, no es sólo una oración por los viajeros que salen al camino en un lugar geográfico, sino que es una oración por el camino de la vida. Está implícito en la Torá, en las oraciones, que todo es un medio para salir a la vida, en su sentido más pleno, la vida eterna y perfecta que lograremos cuando aprendamos a tener la misma actitud del Creador – bondad y amor- hacia los demás.
Para que esa oración sea realmente escuchada, no basta con decirla con la boca. Más bien debemos decirla con el corazón. Cuando la oración surge del corazón, es muy importante e influye en el Creador.
Esta es la oración, Tefilat Ha-Derej:
Que sea tu voluntad Dios, nuestro Dios y el Dios de nuestros padres, que nos guíes en paz y dirige nuestros pasos en paz y que nos conduzcas en paz y nos ayudes en la paz y haz que en la vida alcancemos nuestro destino, felicidad y paz. Durante el viaje, sálvanos de enemigos, de emboscadas, de ladrones, de bestias salvajes y de cualquier castigo y cualquier furia que surja y venga a nuestro mundo. Concédenos bendiciones en el trabajo de nuestras manos, garantiza la gracia, la bondad, la piedad ante Tus ojos y los ojos de todos los que nos vean y concédenos bondad abundante y escucha la voz de nuestra oración, porque Tú escuchas las oraciones de todos. Bendito seas Tú, Dios, que escuchas esta oración
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Mil millones de gracias por compartir todo esto tan bello ; )