Una vez visité un lugar en Israel que albergaba los muebles y utensilios del cabalista Yehuda Ashlag (Baal HaSulam). Noté que en el mango de su cuchillo estaba inscrito en hebreo «Medinat Israel» (Estado de Israel). Es una señal de que Baal HaSulam santificó la noción del Estado de Israel. Es importante notar que en el cuchillo estaba escrito específicamente «Estado de Israel» y no «Tierra de Israel». Baal HaSulam apoyó el establecimiento del Estado de Israel.
Nosotros que vivimos en este lugar físico, debemos entender que nuestra conexión con el Estado de Israel debe servir como trampolín para llegar a la Tierra espiritual de Israel, el lugar interior donde nos conectamos con el Creador, la fuerza superior de amor, otorgamiento y conexión que nos guía.
En el lugar físico del Estado de Israel, habita una fuerza especial que sirve para abrazar o expulsar a sus habitantes. Esa fuerza especial es la conexión entre el pueblo de Israel y la Tierra de Israel. Si nos esforzamos por aferrarnos a la Tierra de Israel, nos convertiremos en una influencia única y poderosa en el mundo. Pero si no nos adaptamos a la Tierra de Israel, sentiremos una fuerza opuesta que nos repele y nos expulsa.
¿Qué es la Tierra de Israel? La palabra tierra, Eretz en hebreo, comparte la misma raíz lingüística que la palabra hebrea para deseo (Ratzon). Además, la palabra hebrea para Israel proviene de dos palabras que significan “directo hacia Dios (Yashar-El). En consecuencia, la Tierra de Israel es el deseo en el que el Creador se revela, de acuerdo con nuestros esfuerzos. Para valorar la Tierra de Israel de modo que no nos expulse, debemos acercarnos al deseo llamado “Tierra de Israel”, un deseo que está completamente dirigido al Creador. Si nos acercamos y nos incluimos en este deseo que es la intención de amar, otorgar y conectarnos armónicamente, nosotros mismos nos convertimos en “el pueblo de Israel”, es decir, aquellos que avanzan hacia la revelación del Creador.
¿Por qué Baal HaSulam valoró tanto al Estado de Israel si la Tierra de Israel es un deseo que reside dentro del hombre? Hay fuerzas especiales en la ubicación física de Israel, pero esas fuerzas actúan con la condición de que la Tierra de Israel esté bajo el control del pueblo de Israel. En caso contrario, sucede la situación opuesta: las naciones del mundo controlan la Tierra de Israel y por eso, no hay conexión mutua con el Creador. Por lo tanto, aún no podemos decir que la Tierra de Israel está bajo el control del pueblo de Israel.
Sin embargo, Baal HaSulam vio una conexión directa entre lo físico y lo espiritual de la tierra, como si una se vistiera de la otra. Antes del establecimiento del Estado de Israel, Baal HaSulam había previsto que el pueblo de Israel controlaría la superficie de la Tierra de Israel.
¿Qué podemos aprender de que el Estado de Israel esté en guerra desde hace varios meses, con miles de muertos y varios miles de evacuados de sus hogares? Podemos aprender que es un golpe que el Creador nos da y que debemos analizarlo, incluso más de lo que deberíamos haberlo hecho antes.
Está escrito: “Cualquier generación en la que no se construya el Templo, es como si hubiera sido destruido en su tiempo” (Yerushalmi, Yoma 1a). Por eso, debemos pensar que destruimos el Templo todos los días y debemos considerar cómo evaluamos nuestra actitud hacia los demás, hacia la vida en general y hacia la conexión que se necesita para poner fin a nuestra continua destrucción del Templo y comenzar su reconstrucción.
El problema es que nadie siente que dependa de otros, a pesar de que la condición de responsabilidad mutua que debemos cumplir, fue establecida por la naturaleza. Tendremos que responder ante esta responsabilidad. Somos la generación que vive entre el exilio y la redención y eventualmente, estamos destinados a controlar la Tierra de Israel. ¿Cómo? Creando conexión con el deseo opuesto, el deseo de otorgar, es decir, la cualidad misma del Creador. En otras palabras, sólo el Creador y no los seres creados, pueden controlar la Tierra de Israel.
La Tierra espiritual de Israel está controlada por el Creador o por las naciones del mundo, es decir, está bajo el control del deseo de otorgar o del deseo de recibir. Y nosotros, el pueblo de Israel, determinamos cuál está en control. Si las naciones del mundo controlan a Israel, en otras palabras, si el deseo de recibir controla el deseo que debería ser de otorgar y amar, similar a la cualidad del Creador, se debe a que, el pueblo de Israel, a quien se le dio la capacidad de otorgar, no está cumpliendo con su misión.
Por eso, espero que todos los que deben despertar a su responsabilidad como pueblo de Israel en la Tierra de Israel, lo hagan más temprano que tarde. Hoy, como nunca antes lo hemos visto, la transición de una vida de desesperación y crisis global, a un mundo armónico y pacífico, depende que el Pueblo de Israel despierte hacia una conciencia humana más positiva y de unidad.
#Israel #sabiduría
Deja una respuesta