El Talmud nos dice cómo se tradujo la Torá al griego:
“En una ocasión el rey Tolomeo reunió a 72 ancianos, los llevó a 72 habitaciones separadas, sin revelarles por qué fueron convocados. Entró a cada habitación y dijo: ‘Escribe para mí la Torá de Moses, tu maestro`. Dios puso en su corazón que cada uno tradujera de forma idéntica a los demás”. (Meguilá 9)
Los 72 ancianos lograron un entendimiento común y tradujeron la Torá como una sola persona. La raíz para hacerlo fue que, como está escrito, “Dios lo puso en el corazón de cada uno”.
¿Cómo fue posible que 72 personas distintas escribieran exactamente el mismo texto sin ningún error? En primer lugar, porque la fuerza superior tiene el poder de implantar esa capacidad en la gente. Además, esa habilidad surgió porque los 72 ancianos estaban en el nivel más alto de conocimiento, eso lo representa el número 72 en Gematría.
Muchos dicen que, gracias al deseo Divina de que la Torá y sus leyes se difundan, la fuerza superior incorporó sabiduría y una intención única en los 72 ancianos. Es un ejemplo de muchas personas con altos niveles de logro espiritual, que podrían tomar decisiones colectivas. Otro ejemplo son los 120 escribas, sabios y profetas del Sanedrín.
Actualmente vemos el fenómeno opuesto entre los políticos y los líderes mundiales, es cada vez más común que los choques de opiniones prevalezcan en la toma de decisiones colectivas. Sucede porque no comprendemos que estamos bajo la autoridad de la fuerza superior, es decir, que estamos gobernados por las leyes integrales de la naturaleza. Si lo entendiéramos, podríamos tomar decisiones y acuerdos colectivos, que nos acerquen al equilibrio con las leyes de la naturaleza. Y de esa forma, podríamos estar de acuerdo con sus leyes integrales que se expresan a través de los demás. Al resaltar la importancia de unirnos por encima de nuestras diferencias y ceder nuestra opinión individual en aras de una mayor unidad, invitamos a la fuerza superior a nuestra vida.
Anular la inclinación egoísta que nos separa de los demás, es un verdadero milagro. Nos abre a la influencia de la fuerza superior y nos da un grado de congruencia con esa fuerza y así, podemos sentir la presencia Divina en las personas con las que construimos nuestra unidad. Estamos en proceso de desarrollo hacia la revelación de esta fuerza superior en nuestra vida y mientras más nos auto anulamos en aras de mayor unidad, más pronto podremos sentir que esa fuerza entra en nuestra vida. Y organizará nuestra, cada vez más, estrecha interconexión, de forma armónica y pacífica y así, descubriremos una nueva base de unidad para la toma de decisiones colectiva.
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