Espiritualmente somos inconscientes, es decir, vivimos en un nivel espiritual, pero no lo sentimos. Esta situación es similar a la de los recién nacidos que se les inscribe en los registros estatales y que ya tienen varias personas trabajando para ellos, alimentándolos, cambiándoles los pañales y dándoles todo lo que necesitan, pero ellos no lo sienten.
En otras palabras, los bebés viven en un sistema que se ocupa totalmente de ellos y que responde a sus necesidades. Del mismo modo, vivimos en el sistema espiritual, pero no lo sentimos. El sistema espiritual nos responde y nos da todo lo necesario para progresar espiritualmente, pero el progreso en sí, depende únicamente de nosotros, de desarrollar nuestro deseo de espiritualidad.
Cuando pasamos a un nuevo nivel espiritual, comenzamos a sentir el sistema en el que existimos. Sentimos como nos responde, como podemos influir en él y lo que realmente somos. Es decir, nos comprendemos a nosotros mismos, en relación con el sistema espiritual. Así es nuestro desarrollo en la vida corporal, de recién nacidos a niños pequeños y a adolescentes, antes de convertirnos en adultos. Espiritualmente, también nos desarrollamos en etapas similares y nuestra conciencia espiritual se expande y cambia en cada etapa.
Cuando ese mundo, ese universo en el que realmente existimos, se nos revela, es la alegría más elevada que podamos percibir, una que nos satisface infinitamente. Es el placer que en la sabiduría de la Cabalá llamamos «luz» -la percepción espiritual de eternidad, perfección y armonía- y es lo que nos creó.
En la vida actual, estamos fuera de la percepción espiritual de la realidad, por eso sentimos una existencia miserable. Y como no tenemos ejemplo de vivir en un nivel superior de conciencia espiritual, generalmente estamos contentos con esta vida, por no conocer nada mejor. Es como si hubiéramos nacido en una prisión y no supiéramos que hay algo más. Si alguien intenta liberarnos, de inmediato desearemos volver a la prisión, pues, de pronto, no podremos orientarnos en otro mundo.
#despertarEspiritual
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