Uno de mis estudiantes me contó que, recientemente, 100 empresas del Reino Unido cambiaron a la semana laboral permanente de cuatro días, para sus empleados, sin pérdida de salario y que esperan ser vanguardia de un importante cambio en los modelos de trabajo. Además, el estudiante me dijo que los defensores de la semana de cuatro días argumentan que las empresas mejoran su productividad con menos horas de trabajo.
Mientras más popularidad gane esta idea, más nos cuestionaremos por qué tantas empresas insisten en semanas laborales de cinco o incluso seis días y con largas jornadas de trabajo. Sin embargo, creo que los contras de la semana laboral de cuatro días superarían a sus pros, porque, en general, la gente no sabe usar su tiempo libre de forma constructiva. Es decir, si diéramos más tiempo libre a la gente en masa, podríamos esperar ver un gran aumento de problemas familiares: más discusiones, divorcios, problemas con los hijos, etc.
Aumentar nuestro tiempo de ocio sin enseñar a mejorar nuestras relaciones, provocará cada vez más rupturas.
Así pues, necesitamos aprender a enriquecer la conexión, para equilibrar la vida entre el hogar, la familia, el trabajo y el tiempo libre. Es decir, necesitamos que todo lo que hagamos tenga propósito y un significado primordial, de lo contrario los compromisos acabarán desgarrando nuestras relaciones. Si de un día para otro, nos propusiéramos mejorar nuestras relaciones en toda la sociedad, con seguridad podríamos reducir las horas de trabajo y dar a la gente más tiempo para descansar y estar con su familia.
Basado en el video “¿Cuáles son los pros y contras de la semana laboral de 4 días?”, con el doctor Michael Laitman y Oren Levy. Escrito/editado por estudiantes del doctor Michael Laitman.
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