Cuando los votantes son la escalera al trono

Unas pocas horas después de que lleguen los resultados, el ganador de las elecciones presidenciales de 2020 se subirá al escenario, agradecerá a sus seguidores, quizás agradecerá a su rival por una carrera dura y prometerá que será el presidente de todos, no sólo de sus votantes. Pero cuando un país está tan profundamente dividido como Estados Unidos está hoy, no estoy seguro de que algún presidente pueda arreglarlo.

Para hacer que Estados Unidos vuelva a ser uno, se necesitan más que palabras; se necesita una meta común. Cuando gente con diferente opinión comparte una meta común, sus diferencias contribuyen a su logro, pues pueden abarcar más ángulos, ver todo desde diferentes perspectivas y reflejar problemas que no se habían materializado. Pero cuando cada parte ve al país como su propiedad y quiere explotarlo para promover sus intereses, está destinado a profundizar el abismo y a exacerbar la ira.

Actualmente Estados Unidos está en el camino al caos.

Hay total desconfianza entre demócratas y republicanos, conservadores y progresistas, negros y blancos. Se convirtió en un país donde cada decisión que tomas, te pone de acuerdo con la mitad del país y en desacuerdo con la otra mitad, incluso si no quieres estar en desacuerdo con nadie. Parece que ya no hay centro, sólo extremos.

Hace cuatros años, aún había una leve apariencia de respeto entre las dos partes. Hoy, ya nadie se molesta en ocultar el odio. Estoy a favor de la franqueza, pero cuando te enorgullece burlarte de otro y no intentas enmendarlo, estás sembrando viento y cosecharás tempestades.

Parece que se olvidaron de que la unidad no se construye con opiniones similares, sino con puntos de vista diferentes, que, haciendo concesiones, se unen alrededor de un objetivo común. Si el beneficio del país fuera el objetivo común, habría sido una campaña electoral muy diferente y todo el país estaría en una situación muy diferente a la actual. Pero cuando el poder es el objetivo y los votantes son la escalera al trono, los políticos no perderán un paso para humillar al otro en su camino a la cima