El mundo ha estado en una etapa virtual o semi virtual durante aproximadamente un año y la conexión entre la gente se ha vuelto, en gran medida, virtual. Ahora, «gracias» a las nuevas variedades de Covid, las fronteras y los aeropuertos se están cerrando una vez más. Parece que los lazos físicos están ocupando cada vez menos «espacio» y la humanidad es inducida a una nueva forma de comunicación.
No debemos tomarlo a la ligera. No se trata de un episodio efímero, sino de una fase profunda y permanente del desarrollo humano y apenas comienza. Es una oportunidad que la naturaleza nos da para elevarnos a un nivel de conexión más alto e interno.
Las conexiones físicas que aún vemos, son muy tensas y negativas y a menudo, incluso agresivas. Piensa en todas las protestas que hemos visto en los últimos nueve meses: el saqueo de tiendas, la quema de propiedades, disturbios y manifestaciones en todas partes y finalmente, el asalto al edificio del Capitolio. Y no es sólo en EUA, también en Israel, los disturbios y protestas se han vuelto cada vez más violentos y agresivos, como han sido en Europa y recientemente, incluso en Rusia.
Por el contrario, la comunicación a través de Internet es muy pasiva, neutral y casi desprovista de ira. Está claro que no es la forma ideal de comunicarse, pero en ausencia de la capacidad para comunicarse positivamente a nivel físico, la opción virtual es la mejor opción.
Sin embargo, la conexión virtual no es el objetivo final; es una fase intermedia a una conexión más interna.
Una vez que hayamos despejado la agresión física, podremos comenzar a conectarnos a nivel de emociones. ¡Y no sólo con familiares y amigos, sino con todos! Hoy, para construir una sociedad funcional, debe haber, al menos, algún nivel de afinidad con todos los miembros de la sociedad. De lo contrario, se derrumbará, como lo vimos en todo el mundo el año pasado.
Podríamos pensar que podemos superar el coronavirus, encontrar alguna vacuna que elimine el error, pero incluso las compañías farmacéuticas que desarrollan vacunas no prometen éxito absoluto; saben que es mucho más complicado que eso. Ya podemos ver que el virus superó parcialmente a las vacunas que acaban de salir y está mutando constantemente, adaptándose a nuestros intentos de matarlo. La conclusión es: «No tenemos ninguna posibilidad en contra de él».
Pero, podemos eludir el problema y combatir el virus para que no nos dañe. Si nos mantenemos virtuales, pero comenzamos a conectarnos internamente, con nuestros sentimientos en lugar de con nuestro cuerpo, derrotaremos al virus y de una vez, curaremos los males sociales de nuestro tiempo. Cuando lo logremos, también veremos que aquí es a donde el virus nos estaba llevando desde el primer día.
Hasta la aparición de Covid-19, nuestra mente estaba fija en una forma de conexión. Es decir, también nos comunicábamos virtualmente, pero el contacto físico siempre se consideró más sustantivo y significativo. En el mejor de los casos, la conexión virtual era una conexión para preparar la física.
En ausencia de la opción física, la conexión virtual se convirtió en toda la conexión que tenemos y está lejos de ser suficiente.
Esta deficiencia nos lleva, en contra de nuestro deseo, a buscar una conexión más cercana, a reconstruir la profundidad de la conexión física, pero sin el aspecto físico. Esto nos obligará a buscar formas de conectar nuestras emociones y esa es toda la idea.
Si trabajamos en esta nueva conexión el tiempo suficiente y lo suficientemente duro, lo lograremos. Cuando lo hagamos, descubriremos que esta no es una nueva forma de conexión, sino que toda la realidad ha estado conectada en este nivel todo el tiempo y el sentido de «¡Eureka!» es sólo desde nuestra perspectiva. Descubriremos que estuvimos ciegos a la dimensión más profunda y rica de la realidad, a la raíz de la que todo viene: la conexión de todas las partes.
Cuando nos conectemos de esta nueva forma, descubriremos que, así como nuestras conexiones físicas fueron impulsadas por el deseo de beneficiarnos a nosotros mismos con nuestras conexiones con los demás, nuestras conexiones emocionales estarán impulsadas por el deseo de beneficiar a los demás con nuestras conexiones con ellos. Este deseo de beneficio para otros crea conexiones mutuas tan poderosas que la red que forman es, de hecho, indestructible.
Una vez que lo tengamos, nunca querremos volver a nuestras conexiones de explotación y miseria, viejas, superficiales y corruptas. Descubriremos que el mundo que nos rodea es armónico, equilibrado y tiene para todos en abundancia. Descubriremos que todo lo que necesitamos para aprender algo es aprovechar esta red mundial de hilos invisibles que nos sostiene y toda la información estará disponible.
Ésta es la razón por la que nos están empujando del nivel físico al nivel virtual, para, de ahí, llegar finalmente al nivel espiritual de la vida y de la realidad.
Cada correo es una bendición para mi vida. Muchas gracias 🙏