Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

De los altercados políticos a una política de unidad

Hace unos años, un documental de la televisión israelí contó la historia de una pequeña aldea en Israel, con una población de 120 familias y seis (!) Sinagogas ¿por qué seis Sinagogas con sólo 120 familias? Porque las familias -todas con el mismo origen cultural y las mismas oraciones- no se soportan entre sí. Cuando el entrevistador le preguntó a un residente que si, al ser tan pocos, no sucede que no se junten ni diez personas en la sinagoga (número mínimo para el servicio) para un servicio adecuado, el hombre admitió que sí. ¿Y qué haces? preguntó el entrevistador, «Voy al asentamiento cercano y rezó allí», dijo el hombre. ¿Por qué ir a otro asentamiento a rezar, ellos usan libros de oraciones y canciones diferentes a los que estás acostumbrado, además, tienes cinco Sinagogas aquí en tu propia aldea para escoger y lo hacen exactamente como lo haces tú? preguntó el entrevistador. “Nunca entraré a ninguna de ellas”, dijo el hombre resueltamente.

Hace unos días, una famosa mujer árabe-israelí fue entrevistada en la televisión israelí y contó una historia interesante. Fue invitada a participar en un panel con otra gente, en un pueblo judío, para discutir el odio y la tensión política. El tiempo para la discusión era perfecto, pues era el 9 de Av, la fecha en que el Templo fue destruido hace 2,000 años, por el odio de los judíos a sus propios hermanos. En el punto álgido del debate, finalmente les dijo a sus anfitriones: “¡Ustedes se odian! ¡Los judíos se odian entre sí! Están discutiendo la ruina del templo el 9 de Av y aún, el judío odia al judío y le desea la muerte (referencia a las amenazas de muerte en línea y deseos de que mueran los políticos israelíes). Si se odian, ¿cómo me pueden amar?»

Siempre hemos sido una nación con muchas opiniones.

Si ves nuestra historia, encontrarás que cuando logramos mantener la unidad por encima de las diferencias, prosperamos, cuando dejamos que las diferencias se conviertan en odio desenfrenado, sufrimos.

Hoy, Israel se encuentra en una encrucijada. Las diferencias entre las distintas facciones de la nación, ganan terreno y apenas se escuchan voces de unidad. Como siempre, la divergencia es nuestro trampolín para el crecimiento, pero sólo si nos unimos por encima de ella. Siempre caminamos por una línea delgada, si no nos damos cuenta, tropezaremos y la existencia misma de Israel estará en riesgo.

Nuestro lema siempre ha sido que el odio suscita contiendas, pero el amor cubre el odio (Proverbios 10:12). No es un modelo fácil de seguir, pero hoy no tenemos otra opción. Nuestro estatus internacional sigue deteriorándose y nuestra fuerza interna seguirá decayendo, hasta que nos demos cuenta de que no tenemos otra opción que elegir la unidad por encima de todas las diferencias.

Si lo evadimos, el mundo decidirá que la declaración de la Sociedad de Naciones, en 1947, por un estado judío, fue un error. Si nos apresuramos y nos unimos, el mundo comprenderá por qué Israel atrae tanta atención, pues está destinado a mostrar que los opuestos pueden unirse y cubrir su odio con amor.

Lo que necesitamos ahora es pasar de altercados políticos a una política de unidad entre todas las facciones. Esta es la necesidad más urgente, especialmente hoy, cuando el odio nos asusta aún más que la COVID y ciertamente, es más peligroso.

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Publicado en: Judíos, News, Responsabilidad Social Recíproca

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