Nuestro futuro depende de comprender quiénes somos, dónde estamos, hacia dónde vamos y cómo podemos alinearnos con las leyes que guían nuestro desarrollo. Cuando lo hagamos, viviremos en un mundo armónico y pacífico.
Hasta el siglo XXI, evolucionamos de acuerdo con los impulsos egoístas que crecían dentro de nosotros. Hoy, el ego humano llegó a su cúspide y como consecuencia, tenemos apertura para ejercer el libre albedrío en nuestro desarrollo posterior.
¿Cuál es nuestro libre albedrío? Es la capacidad de elevarnos por encima de nuestra naturaleza egoísta.
Elevarnos por encima del ego es lo único que podemos hacer con libertad, porque todo lo que hacemos, viene de nuestros impulsos egoístas y funciona de acuerdo con un programa involuntario que constantemente nos lleva a placeres egoístas. Por eso, cuando podamos elevarnos por encima del interés propio y pensemos y actuemos en beneficio de los demás, actuamos fuera de nuestra naturaleza egoísta. En este acto libre, no imaginamos ningún placer egoísta, por el contrario, deseamos que todo el bien vaya a los demás.
Si entendemos nuestro libre albedrío, nos elevaremos a una nueva naturaleza con una nueva percepción y sensación de vida eterna y perfecta.
Las leyes de la naturaleza se desarrollarán, ya sea que actuemos o no con nuestro libre albedrío. Pero, si no participamos en esta transición, la vida será cada vez más amarga y dolorosa. Nuestros deseos egoístas nunca están satisfechos. Mientras menos alcancen los placeres que tenazmente se buscan, más viviremos en una creciente red de conflictos.
Nuestra capacidad de libre albedrío es lo que nos separa de los animales y de las otras partes de la naturaleza. Por eso, los cabalistas dicen que la realidad fue creada para el hombre, somos las únicas criaturas inteligentes de la naturaleza, podemos elevarnos por encima de nuestro estado egoísta innato y alinearnos con las leyes de la naturaleza: leyes de amor, entrega y conexión.
Tenemos una inmensa transición por delante y una meta aún más asombrosa. Nuestro estado actual requiere que busquemos respuestas a nuevos y mayores desafíos, que enfrentaremos a medida que avanzamos hacia el futuro. Efectivamente es una situación positiva con la que me relaciono con mucha esperanza, no con ansiedad.
Excelente artículo doctor Laitman. Lo comparto.