¿De qué unión hablo?

Todos los días publico decenas de notas diferentes en las redes sociales. Mi lema es constante: la unión es la solución de todos los problemas. La naturaleza egoísta nos divide y nos aleja el uno del otro, y de ello emanan todas las desgracias y problemas que padecemos.

Una de las preguntas que reiteradamente me envían es: de qué unión estoy hablando, a qué unión me refiero. ¿A la unión de almas?, ¿a la unión de hombres y mujeres? o ¿a la unión de partidos, religiones?

Y mi respuesta es simple y permanente, y emana de los orígenes de la Sabiduría de la Cabalá. La unión de la que hablo es la unión que no viene a corregir a nadie. Que no tiene como objetivo cambiar la percepción, la mente, el corazón. Nada. Mi deseo es uno: que todos nosotros juntos, nos elevemos sobre la variedad de contrastes que existen entre  nosotros, y nos conectemos como uno. Como escribió el rey Salomón, el más sabio de los hombres: “El amor cubrirá todas las transgresiones”.

Es nuestro rol, el rol de los judíos en el mundo. Debemos estar conectados en dos capas, como en un sándwich: “todas las transgresiones” es la capa inferior, “el amor cubrirá” es la capa superior. Una conexión correcta entre dos capas nos dará un sándwich muy sabroso. Una delicia un tanto dulce y un tanto salada;  odio y también amor. No tiene sentido la vida de uno sin el otro.

Sin embargo nosotros, el pueblo de Israel, debemos ser los primeros en allanar el camino hacia las delicias, porque toda la humanidad, todo hombre y mujer en la creación, tiene el propósito de vivir en ese enfoque. Por lo tanto, primero debemos experimentar esta unión entre nosotros. Aprender cómo estar conectados por encima de las diferencias, por encima del odio y del rechazo. Ir por el camino de  la ”línea media”: por un lado puede uno querer estrangular al otro, pero por el otro, también aprende a querer abrazar al otro. Por un lado él tiene razón, y por el otro yo tengo razón. Todos tenemos razón, cada uno la suya. La justicia está por encima de nosotros mismos, el amor lo cubre todo.

Y no, no debemos destruir el mal, borronear la distinción, erradicar lo indeseable. Sólo comprender que son la base sobre la cual es posible agregar lo bueno, el condimento que le otorga nuevos sabores a la relación. Por lo tanto, en ninguna persona veo un enemigo o un contrincante, sino un socio completo para la unión.

La senda para el camino medio la enseña la Sabiduría de la Cabalá, así como las vías para la difusión por todo el mundo. Porque el tiempo corre, las adversidades se incrementan, y debemos apresurarnos a elevarnos por encima de esta fuerza de gravedad egoísta que atrae todo a su favor, elevarnos por encima de las nubes grises a una dimensión más extensa y abierta, de este mundo al mundo espiritual, eterno y perfecto. Eso es toda la Torá: unión y amor por encima de la división y el odio.