Foto: El Papa Francisco, en silla de ruedas, va encontrarse con niños con discapacidades y niños ucranianos que huyeron de su país debido a la invasión de Rusia, Vaticano, 4/jun/22. REUTERS/Remo Casilli/
Hace algunas semanas se publicó una plática con el Papa Francisco, en la que vio la guerra Rusia-Ucrania como el inicio de la Tercera Guerra Mundial. En la conversación con los editores de Publicaciones Jesuitas Europeas, dada a conocer por la publicación italiana La Civiltà Cattolica, el Papa dijo: “El mundo está en guerra. Para mí, hoy, se declaró la Tercera Guerra Mundial”. Posteriormente, se lamentó: “¿Qué le sucede a la humanidad, hemos tenido tres guerras mundiales en un siglo?”. No creo que el conflicto Rusia-Ucrania sea la Tercera Guerra Mundial ni que deba convertirse en una. Pero, hay ese peligro y si hay guerra, muestra que no hemos sacado las conclusiones correctas y volvemos a estar en peligro.
Es claro que nadie tiene nada que ganar si la guerra en Ucrania se vuelve un conflicto global. Dicho esto, la guerra nos indica que aún no sabemos gobernar nuestro deseo de dominio y control. Llegamos al punto en el que el ego no se conforma con controlar a los demás. Hoy todos están dispuestos a destruir a otros, sólo por comportarse o incluso pensar diferente.
Si queremos prevenir las guerras, debemos ayudarnos a entender que la guerra no trae ningún beneficio, que ni la queremos ni la necesitamos. Es un proceso que debe involucrar a todos, cada país debe cuidar que sus vecinos pasen por el mismo proceso, de otra forma, los países beligerantes explotarán los esfuerzos de otros países y habrá violencia.
Si los países no adoptan este enfoque, seguirán compitiendo, se explotarán unos a otros y agotarán los recursos de la tierra. Ya estamos viendo las consecuencias de esta actitud, pero será mucho peor en un futuro muy cercano. Hambre, calor y frío extremos y muchos otros problemas abrumarán a la humanidad y obligarán a las naciones a dejar de abusar de los demás y a concentrarse en su propia supervivencia.
Para evitar que este escenario se desarrolle más, la humanidad tiene que comprender que debemos aprender a trabajar juntos o la naturaleza nos destruirá. Actualmente, muchas naciones aún sueñan con conquistar y subyugar a otras. Debemos hacer que estas naciones entiendan que, al hacerlo, se dañan ellas y también a los demás. A menos que ayudemos a todos a darse cuenta de que, para bien o para mal, dependemos unos de otros y actuemos en consecuencia, todos estaremos en un gran problema.
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