Estamos ante un gran cambio en el mundo, por “mundo” me refiero a las relaciones humanas. Nada importa más que la conexión y debemos buscarlas. No podemos cambiar las piedras ni los árboles ni los animales ni las grandes masas que viajan por el espacio. Las relaciones humanas deben ser nuestro único foco de cambio, gracias a ellas lograremos cambios en la naturaleza circundante. Podemos y necesitamos cambiar las relaciones y espero que suceda lo antes posible con conciencia y comprensión y no después de mucho sufrimiento.
¿Cómo funciona el cambio necesario en las relaciones humanas? La naturaleza requiere que seamos una humanidad integral, interconectada e interdependiente y que lo hagamos con la comprensión y conciencia, que surjan de la autocrítica. Deberíamos llegar al punto en el que cada uno desee unirse a los demás y que funcionemos como familia, en un sistema único que beneficie a todas sus partes. Que sea un estado integral donde, por un lado, cada uno actúe de forma diferente, pero acorde a las necesidades del sistema colectivo en el que vivimos.
Un sistema humano colectivo así, sólo es posible en una conexión sana, positiva e integral con los otros niveles de la naturaleza: inanimado, vegetal y animal. Todas las partes se sumarán para que el mundo alcance un estado armónico y pacífico, donde todo funcione de acuerdo con el programa o software del amor: con integración total de la humanidad.
Necesitamos entender que sólo nos falta corregir las conexiones humanas. Y debe hacerse en todos los niveles: individualmente, con la familia y parientes, en nuestra localidad, en la nación, en todo el mundo y también en nuestra actitud hacia los niveles inanimado, vegetal y animal.
Nosotros, los humanos, somos el centro de la creación y necesitamos cambiar nuestra actitud, de mala a buena, es decir, de egoísta a altruista y que sea hacia todos y todo lo que está fuera de nosotros.
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