El caso de la indecisión

Wikimedia: Foto escaneada por el usuario: Atilin de fuente soviética sin derechos de autor. autor del dibujo: A. Venediktov

El astrónomo y poeta persa Omar Khayyam era un artista en expresar indecisión. En uno de sus Rubaiyatas (poemas de cuatro líneas) escribió:

Una mano con el Corán, otra con una copa de vino,

Me inclino a medias al mal y a medias a lo correcto;

El cielo de mármol azul me ve,

Un musulmán arrepentido, pero no del todo pagano.

De hecho, la mayoría estamos en ese estado, al menos de vez en cuando. No sabemos a dónde ir ni qué hacer ni qué opción es la mejor y la indecisión nos duele.

Sin embargo, precisamente esa inspección es lo que nos hace crecer. No crecemos de la certeza; crecemos de las dificultades, la indecisión y las preguntas. Así como en la escuela aprendemos resolviendo preguntas cada vez más difíciles, la vida nos enseña al presentarnos problemas cada vez más difíciles.

Las crisis que vemos en el mundo, son problemas que nos da la naturaleza. Si los resolvemos, la humanidad se elevará a nuevas alturas, si no lo hacemos, fallaremos la prueba y regresaremos a tiempos muy difíciles. En las últimas décadas, la naturaleza nos ha presentado problemas que sólo podemos resolver juntos. La razón por la que definimos estos problemas como crisis es que tratamos de resolverlos solos. Y como no hay forma de resolverlos por nosotros mismos, los consideramos irresolubles.

Si aceptáramos trabajar juntos para superar esos problemas, veríamos que no son problemas en absoluto. Descubriríamos que, en realidad, hay sobreabundancia de todo y podemos reducir la velocidad y disfrutar de la vida, en lugar de correr unos contra otros sin sentido.

Omar Khayyam parecía disfrutar de la indecisión. Escribió innumerables Rubaiyatas sobre sus incertidumbres y escrúpulos. Nosotros también debemos aprender a apreciar las tribulaciones y las preguntas de la vida, pues son la tutoría cariñosa de la naturaleza.

Si dejamos de intentar aferrarnos a nuestra mentalidad obsoleta, veremos los nuevos mundos que nos abre la naturaleza y, la vida no será dolorosa sino una aventura fascinante que saborearemos.