Hace treinta años, un amigo mío se metió en el negocio de la energía verde y trató de atraerme. Le dije para qué, no es nada serio. Dijo: “No tienes idea de cuánto dinero se está invirtiendo. Todos quieren participar, políticos, financieros, empresarios, todos». Por supuesto que tenía razón. Sin embargo, nadie quiere promover la energía verde para salvar al planeta, sino para llenar aún más sus bolsillos. Las declaraciones quedan en el salón de actos donde se enuncian, se ignoran las acciones necesarias, pero el clima no espera a nadie: seguirá deteriorándose.
Esta semana en Glasgow, Escocia, se lleva a cabo la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Oficialmente, su objetivo es «reunir a las partes para acelerar la acción de los objetivos del Acuerdo de París y de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático». En realidad, los países planean hacer exactamente lo contrario. El Informe sobre la brecha de producción de la ONU de este año, que rastrea la discrepancia entre la producción de combustibles fósiles planeada por los gobiernos y los niveles reales de producción mundial, afirma que: “a pesar de la mayor ambición climática y del compromiso Net-Zero, para 2030, los gobiernos planean producir más del doble de combustibles fósiles, de lo que sería consistente para limitar el calentamiento global a 1.5°C».
Las fuentes de energía y la tecnología cambian, pero no de acuerdo con lo que es mejor para el planeta. Cambian según los intereses de los políticos y los magnates del dinero y nunca beneficia al planeta ni a la mayoría de sus habitantes, es decir, a todos nosotros.
Dado que el clima no espera, eventualmente nos alcanzará. La Tierra es un sistema cerrado y en un sistema cerrado la explotación tiene consecuencias: daña tanto al abusador como al abusado.
No sé cuándo ni a qué costo, pero eventualmente, todos tendremos que darnos cuenta de que no podemos tener más de lo que necesitamos. No podemos seguir explotando la Tierra de manera egoísta y desconsiderada, porque se volverá en nuestra contra.
La Tierra es como un submarino: hay una cantidad limitada de oxígeno a bordo. Si algunos tripulantes toman más de su cuota, el resto no tendrá suficiente, morirá y el submarino se hundirá junto con los que superaron su cuota.
Necesitamos recordatorios constantes de que somos un sistema y dependemos unos de otros. Necesitamos comprender genuinamente que el ego nos lastima, igual que la explotación lastima a los demás. Si nos recordamos constantemente que somos interdependientes, nos comportaremos con más consideración y evitaremos el impacto punitivo del cambio climático. La otra opción es seguir trabajando, como dice el Informe sobre la brecha de producción de la ONU y sufrir la respuesta implacable de la naturaleza. Espero que nos demos cuenta a tiempo porque todos pagaremos el precio de este error.
Efectivamente!!! Muchas gracias 🌹 Dios los bendiga grandemente 🙏🙏🙏🙏🙏