Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

El conflicto israelí-palestino tiene un propósito

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[Rollos de la Torá, escrituras sagradas judías, se retiran de una sinagoga que fue incendiada durante enfrentamientos violentos en la ciudad de Lod, Israel, entre manifestantes árabes israelíes y la policía, en medio de altas tensiones por las hostilidades entre Israel, militantes de Gaza y tensiones en Jerusalén, 12/may/21. REUTERS / Ronen Zvulun]

La conclusión de la Operación Guardián de los Muros marcó el final de otra ronda, de lo que parece ser un conflicto sin fin. Después de cada ronda, descansamos un poco, pero siempre es más corto de lo que nos gustaría y la ferocidad del enemigo está cansando y desgastando nuestra motivación. Al mismo tiempo, no tenemos adónde ir, no podemos darnos el lujo de hacer las maletas e irnos; es una batalla que no podemos perder.

Si bien, parece que el conflicto no tiene fin, de hecho, puede haber fin y depende de nosotros. Primero, debemos darnos cuenta de que ni las operaciones militares ni los tratados de paz resolverán el problema. Dividir la tierra entre palestinos, judíos, beduinos y quien quiera un pedazo de ella, no resolverá nada y no terminará con la violencia, pues el conflicto no es por territorio ni religión ni nacionalidad. Es un conflicto esencial, que busca que la humanidad reconozca el propósito de la creación, el propósito de nuestra existencia y el propósito de la existencia de naciones, países, religiones, culturas y razas. Este conflicto está en el centro de la realidad. Por eso parece inescrutable e insoluble.

Cuando resolvamos el conflicto palestino-israelí, equilibraremos el mundo y toda la realidad. Inconscientemente, la gente lo siente, por eso, este conflicto y esta región siempre están en el centro de atención. La gente siente y con razón, que su propio bienestar depende de lo que suceda en Oriente Medio y concretamente, entre Israel y sus vecinos. Cuando equilibremos nuestras relaciones aquí, se resolverán todos los desequilibrios del mundo.

El equilibrio que necesitamos encontrar nos conectará a unos con otros y posteriormente, con el origen de la creación. Este origen, que podemos llamar Dios, Alá o cualquier otro nombre, creó todas las contradicciones de la realidad. Pero, las creó en equilibrio y armonía. Día y noche, flujo y reflujo, invierno y verano, macho y hembra, atracción y rechazo, nacimiento y muerte, todo está en equilibrio y la existencia de uno sostiene y depende de la existencia del otro.

Nosotros, los humanos, interrumpimos este equilibrio, porque sólo buscamos tomar y recibir y luchamos por no dar nada a cambio. Por eso explotamos los recursos naturales de forma indiscriminada, incluso a expensas del futuro de nuestros hijos. Por eso, también conquistamos, humillamos y esclavizamos a otras naciones. En nuestro esfuerzo por sentirnos bien con nosotros mismos, denigramos, tratamos con condescendencia o menosprecio a los demás, para sentirnos superiores. De hecho, nuestro único problema viene del desequilibrio dentro de nosotros.

Los judíos, cuya nacionalidad se estableció de forma única, con el juramento de unirse “como un hombre con un corazón”, fueron los primeros en elevarse por encima de la predisposición humana natural al egoísmo. Por eso fueron designados para ser «luz para las naciones», dar ejemplo de unidad y mostrar a otras naciones cómo unirse por encima de su egoísmo inherente, equilibrarse ellos mismos y posteriormente, llevar al mundo al equilibrio

De hecho, a lo largo de la historia, cuando los judíos se unieron, las naciones los apoyaron. Cuando se dividieron y se volvieron beligerantes, las naciones los menospreciaron e injuriaron. En los días del Primer Templo, Nabucodonosor II conquistó la tierra de Israel y destruyó el Templo, después de que los judíos se volvieron rencorosos entre sí y “se apuñalaron unos a otros con dagas en la boca” (Yoma 9b). Más tarde, cuando se unieron mientras estaban en el exilio, el rey Ciro les devolvió la tierra y les ayudó a reconstruir el Templo.

Durante el período del Segundo Templo, cuando los judíos estaban unidos, las naciones “subían a Jerusalén, veían a Israel … y decían: ‘Es conveniente aferrarse sólo a esta nación’” (Sifrey Devarim, 354). Cuando se dividieron y quisieron ser como los griegos, en cuyo reino vivían, estalló la guerra, los seléucidas conquistaron la tierra y la liberaron hasta después de que se unieron bajo el mando de los asmoneos.

Pero los asmoneos tampoco mantuvieron su unidad, cuando las luchas de poder los separaron, trajo sobre nosotros el dominio romano. Este último conquistó la tierra e hizo de Judá una provincia romana. Aunque, los romanos también habrían aceptado dejarnos llevar nuestra vida, de acuerdo con nuestro camino, si no hubiera sido por las luchas internas y la corrupción de nuestros líderes, eso los obligó a nombrar a sus propios procuradores (gobernadores). Finalmente, estallamos en una guerra civil en toda regla y lo único que buscamos fue exterminarnos unos a otros. El resultado final de esa guerra fue la destrucción del Segundo Templo, el exilio de los remanentes de la nación y el asesinato de la mayoría de sus correligionarios.

Los palestinos de hoy están haciendo lo que las naciones siempre han hecho, con respecto a Israel: nos están presionando para unirnos y convertirnos en el ejemplo que debemos ser, no por nuestro bien, sino por el mundo. Por eso el mundo los apoya. Dado que, de hecho, es nuestro deber unirnos y convertirnos en ejemplo de unidad para el mundo, donde todos los opuestos estén en equilibrio, los palestinos tienen razón en estar enojados con nosotros. Nada de lo que digamos o hagamos por ellos los apaciguará hasta que hagamos lo que debemos: unirnos entre nosotros y convertirnos en luz para las naciones.

Nuestra elección es simple: dar ejemplo de unidad y ganar el favor del mundo o seguir alimentando el odio mutuo, hasta que el mundo nos expulse una vez más y nos ejecute como lo hicieron los nazis.

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Publicado en: Judíos, News
Un comentario sobre “El conflicto israelí-palestino tiene un propósito
  1. Rosa Maria Lomeli Delgado dice:

    Buen día, en todo el mundo está importando el odio, el abuso en todo trato humano. Todos sus artículos me llevan a tener que indagarme que le aporto a la vida empezando x mi indiferencia hacia lo que está sucediendo. Muchas gracias 🌹 Dios los bendiga grandemente 🙏🙏

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