A pesar de casi 50,000 nuevos casos confirmados diariamente y un ritmo creciente de infección, a pesar de que 1,200 médicos respaldan una carta enviada a la revista médica The Lancet advirtiendo que «esta decisión es peligrosa y prematura» y «es un terreno fértil para la aparición de variantes resistentes a las vacunas» y a pesar del llamado “para detener los planes para abandonar las mitigaciones el 19 de julio de 2021”, el gobierno del Reino Unido siguió adelante con lo que se denominó “Día de la Libertad”, donde se levantaron casi todas las restricciones de Covid. Ahora, en el Reino Unido la gente puede abarrotar bares, restaurantes, salas de entretenimiento, eventos deportivos y reunirse como y donde quiera, sin ningún límite. Incluso las mascarillas ya no son obligatorias en la Inglaterra dominada por la Covid (aunque con pocos casos graves).
He estado en bares en las Islas Británicas; sé cómo es allí. Estos lugares están abarrotados y la gente literalmente está hombro con hombro, porque no hay espacio. Sin cubrebocas, sin duda, estos lugares se convertirán en semilleros de la Covid.
Entiendo que es difícil no hacer lo que te gusta, durante tanto tiempo y la gente necesita relajarse. Pero ¿y si la Covid no desaparece? ¿y si, como advierte la carta de los médicos, aparece una variante resistente a la vacuna y con alta tasa de mortalidad y no hay nuevas vacunas para protegerse? ¿Qué hará el gobierno? ¿No impondría nuevas restricciones y probablemente mucho peores de las que los británicos han tenido que soportar hasta hace unos días? El gobierno no tendrá más remedio que cortar la alegría y la libertad de la gente, poco a poco, hasta que no quede nada. Eventualmente, tendrá que dar dinero a la gente sólo para que pueda tener lo mínimo para mantenerse. Los dueños de bares y restaurantes se quedarán sin nada y tampoco tendrán futuro, pues no habrá vacuna que les dé esperanzas de que en algún momento podrán reabrir su negocio. Por eso, no veo beneficio en esa decisión.
Pero hay otro tema más importante: todo eso refleja el pobre estado de solidaridad en el mundo. Es posible que el virus haya comenzado en China, pero desde entonces ha mutado varias veces y ahora estamos infectados con una cepa que apareció por primera vez en la India. La Covid no conoce fronteras; una vez que aparece, es omnipresente. Puede que no nos guste, pero somos responsables unos de otros. Actualmente, pensamos en otros países sólo en términos de cómo podemos explotarlos, dañarlos y gobernarlos. Esto tiene que cambiar porque si no lo hacemos, esa mala voluntad que está en nuestro interior nos matará a todos.
La Covid-19 es una señal de que debemos comenzar a tomar decisiones teniendo en cuenta el beneficio de los demás, no sólo mi beneficio, sino el de todos, pues, como ya sabemos, una infección en un lugar es una infección en todas partes. Es necesario que haya un organismo rector de expertos mundiales, que tenga en cuenta el beneficio del mundo entero y este organismo decidirá qué es correcto y qué no, para el planeta.
Este tiempo es especial; tenemos que trabajar correctamente. Necesitamos aprovechar el momento, tratar de ser más considerados y decidir juntos qué hacer contra nuestro enemigo común. Una vez que decidamos, debemos actuar juntos.
Podemos esperar; podemos tener dudas, pero el resultado será nuestra propia destrucción, si no en esta ola, en la siguiente. La naturaleza no nos deja más opción que unirnos y luchar por nuestra vida. Podemos lograrlo, pero sólo si formamos y le damos a ese gobierno de expertos la autoridad requerida para hacer lo necesario para salvar a la humanidad de la Covid y básicamente de nuestra propia mala voluntad hacia los demás.
En la situación actual, somos peores que cualquier animal. Cuando hay un incendio forestal, los animales dejan de cazar entre ellos y todos se concentran en escapar. Incluso puede ver enemigos naturales corriendo uno al lado del otro, para alejarse de las llamas. La gente no es así: tratamos de demoler a personas y naciones, incluso cuando huimos de una amenaza común como el virus e incluso cuando al hacerlo, puede ponernos en peligro, como en el caso del “Día de la Libertad”. Carecemos del instinto que mantiene vivos a los animales y a menos que lo desarrollemos, nosotros mismos, no sobreviviremos. Es tan simple como eso y cuanto antes lo entendamos, menos bajas innecesarias tendremos que lamentar.
Muchísimas gracias. Es una gran verdad que nos estamos comportando peor que animales. Tendremos que llegar a tal grado de locura. 😔😔😔