Foto: Visitantes, observan que un gran iceberg se aleja de la costa de Merritt’s Harbour, Terranova, Canadá. Foto tomada el 22/may/22. REUTERS/Greg Locke
Un estudio publicado en la revista Science y citado en Time y en otras partes, afirma que los glaciares se están reduciendo y desaparecen más rápido de lo que pensaban los científicos, se prevé que, con las tendencias actuales del cambio climático, dos tercios desaparezcan para fines de siglo. Los autores del estudio dicen que “Podemos detener el deshielo si el mundo puede limitar el calentamiento futuro a unas pocas décimas de grado y cumple los objetivos internacionales”, pero admiten que es “técnicamente posible pero improbable”. En otras palabras, la humanidad, nuevamente, es el problema.
Por décadas, los científicos han advertido sobre los icebergs que se derriten, pero hasta ahora hemos sido reacios a hacer lo necesario para detenerlo. Todos saben qué hacer para frenarlo, pero, las ganancias que gobiernos y corporaciones poderosas obtienen de industrias que aceleran el calentamiento global, son un cebo demasiado grande para resistirlo.
Por cierto, el aumento del nivel del mar es sólo uno de los peligros que acechan en los icebergs que se derriten. Un problema potencialmente peor es que se liberen virus y bacterias que actualmente están latentes bajo el hielo, pero que despertarán una vez que la temperatura aumente y el hielo desaparezca. Este proceso ya está en marcha, hasta ahora, según los científicos, hemos tenido suerte y no se han descubierto patógenos graves en el permafrost que se derrite.
Otro problema es la liberación de gas metano, que actualmente está encerrado en las tierras heladas de Siberia y Alaska. El metano está subiendo a la atmósfera a medida que el hielo se derrite y su impacto es acumulativo.
Lamentablemente, como temen los científicos, no podemos hacer los cambios necesarios, a pesar de que son reconocidos y viables. En el nivel actual de antagonismo que satura a las facciones de la sociedad humana, no hay posibilidad de que, ni empresas ni gobiernos hagan algo por el bien de la humanidad, a menos que sirva a sus propios intereses.
El derretimiento de los glaciares está lejos de ser el único problema que amenaza a la humanidad. Guerra, contaminación, inflación, opresión, esclavitud, hambre, depresión, abuso de sustancias, pandemias, eventos climáticos extremos, desde sequías severas hasta tormentas graves, ¿hay algún problema que no se derive de que el hombre sólo busca su interés propio? No importa quién haga el daño, al final todos somos culpables: todos en el planeta, participan en agotar, contaminar y explotar el suelo, el agua, el aire, los animales y a la gente. Mientras más poder hay en gente o instituciones, más explotación y la tendencia es la misma en todas partes y para todos.
Por eso, la solución debe ser integral y ver la raíz del problema, en lugar de cada síntoma por separado. Centrarse en una crisis a la vez, ya sea cambio climático, deforestación, guerra, hambre, contaminación del agua o cualquier otro problema, sólo lo exacerbará en lugar de aliviarlo, pues nos distraerá de la causa raíz y de su única solución posible: cambiar nuestra actitud hacia los demás y hacia el entorno, en ese orden.
Debemos aprender a cuidarnos unos a otros. Pero como es muy difícil, pues no queremos hacerlo, pero debemos aprender que somos interdependientes y que si lastimamos a los demás, nos lastimamos a nosotros. Además, como todos somos culpables, debemos enseñarlo en todas partes y a todos, sin excepción.
Hasta que no logremos cuidarnos mutuamente, no podremos tener y seguir una política viable y exitosa. La conciencia de que, si no queremos ser lastimados, estamos obligados a hacerlo, nos hará acatar las normas que faciliten una sociedad humana diferente y en nuevas relaciones con el planeta en su conjunto.
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