La nueva realidad positiva que podemos esperar después de la crisis del coronavirus
Incertidumbre, miedo y ansiedad son los agentes de contagio masivo, cuando la gente enfrenta un cambio repentino y drástico, como el que ahora advertimos con la pandemia de coronavirus, pero, en realidad el brote es el preludio de un cambio profundo y positivo. La palabra hebrea Mashber (crisis) significa «lugar de nacimiento». En realidad señala el inicio de algo nuevo.
Del mismo modo, en las obras de Hipócrates, el término «crisis» se aplicaba al fin de una enfermedad. Aunque para lograr un nuevo inicio, necesitamos superar el período de transición que puede ser doloroso y dramático, como sucede con los dolores de parto. El mundo está lidiando con fuertes contracciones provocadas por COVID-19 en todas las áreas de la sociedad humana, pues el planeta ya no puede soportar la actitud del hombre hacia la naturaleza.
“ La crisis nos ayuda a alcanzar un nivel de conciencia, donde comencemos a sentirnos parte de un solo sistema, de un mecanismo. Dentro de la estructura circular en la que existimos, sólo juntos podemos dar a luz a una nueva realidad, a una humanidad en un grado más alto y positivo”
Michael Laitman
Propósito de la creación
El plan de la creación es elevar a la humanidad a un nuevo nivel de existencia. Por eso, los golpes que actualmente afectan a la humanidad son, de hecho, enormes fuerzas de la naturaleza para protegerse y curarse a sí mismas y, para exhibir lo que hacemos mal: preocuparnos sólo de nosotros mismos en detrimento de los demás -ego humano mal dirigido. Entenderemos su mensaje si tratamos de convertirnos en parte integral del ecosistema al que pertenecemos, en lugar de abusar de él y sabotearlo.
Lo que ahora percibimos como una situación insoportable, de hecho, es la acumulación e intensificación de muchas crisis en múltiples niveles, que fuimos acumulando durante mucho tiempo, no sólo ecológicas, también financieras; en la parejas, en la familia y en la persona; en todos los aspectos de la vida. La epidemia no llegó por casualidad, tiene un propósito: curar nuestra desconexión y las relaciones desequilibradas que dañan a la naturaleza.
Repensar nuestras prioridades
Construimos un mundo de tal forma, que nos convertimos en esclavos modernos, trabajamos 12 horas al día, vamos y venimos. Los niños apenas pasan tiempo con sus padres. Los gobiernos imprimen dinero y crean deuda y la sociedad tiene montones de productos innecesarios. La aparición del virus nos obliga a analizar lo que tenemos en el mundo y reflexionar en: ¿para qué vivir? ¿para qué ganar dinero? ¿para qué tener hijos y morir? Debemos pasar por un proceso de evaluación y encontrar respuestas.
Es ingenuo pensar que la transición a una nueva realidad será ligera y fácil, pero debemos pasar. Se están perdiendo miles de vidas y la economía global podría estar condenada al colapso. Por lo tanto, en estas circunstancias es difícil ver luz en el horizonte. Ya hace miles de años, la sabiduría de la Cabalá se refería a este tiempo como, especial, un período en el que se revelarían cambios importantes después de que excedimos nuestro desarrollo egoísta, un tiempo que finalmente nos llevará a una renovación notable. Como escribió el cabalista Yehuda Ashlag (Baal HaSulam): «La mente ve por lo que ha pasado y corrige su conducta futura». (Escritos de la última generación)
¿Cuál será el resultado de la crisis actual? Espero que salgamos más sabios y que veamos con más claridad lo que realmente importa en la vida. Además, espero que organicemos un mundo nuevo y más equilibrado en el que no nos de satisfacción aprovechar a otros para beneficio personal ni dañar el medio ambiente, porque entenderemos que al final, habrá consecuencias negativas para todos. Esta transformación positiva requiere un proceso gradual de adaptación y nos exige que participemos activamente en construir una sociedad totalmente conectada, ¿cómo? Debemos estudiar e imitar los atributos de la naturaleza, ser interdependiente, existir en homeostasis y relaciones recíprocas, donde todas las partes intercambien los nutrientes y la información necesaria para el bienestar de todo el sistema.
La crisis nos ayuda a alcanzar un nivel de conciencia, donde comencemos a sentirnos parte de un solo sistema, de un mecanismo. Dentro de la estructura circular en la que existimos, sólo juntos podemos dar a luz a una nueva realidad, a una humanidad en un grado más alto y positivo
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