Con respecto a la guerra entre Rusia y Ucrania, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo a un semanario alemán: “Debemos prepararnos porque podría llevar años”. Como he dicho varias veces, esta guerra no es como ninguna guerra anterior; es un escrutinio en un nuevo nivel, es precursor de más problemas por venir. Inició con Rusia y Ucrania, pero no terminará ahí; abarcará toda Europa y finalmente, toda la humanidad. Esto impulsará a la sociedad humana a reconstruirse de modo que nos ayude a lograr la esencia y el propósito de la vida.
El actual desconcierto e indecisión que nos embarga no es negativo. Es un estado obligatorio que precede a cualquier progreso. Siempre ha habido luchas sobre quién gobernará, qué partido, qué líder o qué ideología. Las reflexiones que hoy nos impone nos impulsan a determinar cómo queremos relacionarnos con nuestra sociedad, con nuestro país y con la humanidad y qué nos hará avanzar para alcanzar el estado de plenitud y perfección.
Aunque por el momento las luchas son entre individuos líderes de su país, la gente ya ve que esa no es la forma correcta de ser de la humanidad, al menos no en cuanto a los motivos de los líderes. Cuando las decisiones de los líderes son impulsadas por considerar el beneficio del público en lugar de su propio beneficio, sus decisiones serán correctas, tendrán éxito y ganarán el apoyo de todos. Esto, por cierto, no es para un líder específico, sino que es cierto para todos los líderes, ya que este será el principio básico del liderazgo en el futuro.
La dependencia mutua que parece agobiarnos provoca retraso en envíos, escasez de alimentos y energía y propagación de virus por todo el mundo, es realmente la otra cara de nuestra responsabilidad mutua. Cuando aprendamos el mensaje que la interconexión nos enseña, encontraremos que la conexión no es dolorosa, por el contrario nos permitirá vivir más cómoda y fácilmente también nos enseñará que nuestra dependencia mutua es una invitación a conectar nuestro corazón, no sólo nuestra economía.
La razón por la que actualmente sentimos que el mundo está en crisis es que no estamos dispuestos a aceptar nuestra interdependencia. En la lucha entre la interdependencia forzada y la renuencia a seguir su regla, hacemos que todo se cierre. Pero, si aceptamos la conexión en lugar de rechazarla, descubriremos sus innumerables beneficios, en comparación con tener que depender sólo de nosotros mismos.
Vivimos un momento muy especial en la historia. Está ocurriendo un cambio fundamental: la transformación espiritual. Gradualmente, estamos aprendiendo a percibirnos no sólo como individuos, también como parte de un sistema que mantiene una relación simbiótica con él: alimentamos al sistema y el sistema nos alimenta a nosotros.
Hasta hoy, nos percibíamos como seres separados. Y estamos en luchas constantes contra todos y todo. La supervivencia del más apto personifica nuestra actitud ante la vida.
En el nuevo despertar de la percepción interna, nuestra actitud cambiará a lo que el antropólogo Brian Hare y la investigadora científica Vanessa Woods llaman “supervivencia del más amigable”. En este enfoque prosperará el que se sienta conectado con los demás y actúe pensando en el beneficio de todos y quien se aferre a la actitud de “sálvese quien pueda” será derrotado por la vida.
Pronto y espero que sea sin demasiado dolor, la humanidad llegará a la desesperación total. Sentiremos que sufrimos golpes a cada paso del camino y en cada punto de nuestro desarrollo. Cuando lo sintamos, aceptaremos conectarnos como el último recurso. En ese momento, realmente espero que la humanidad pueda elevarse por encima del ego, porque, de lo contrario, nos infligirá un sufrimiento insoportable a todos.
En la era que ahora inicia, no podremos imponer decisiones a los demás. No podremos oprimirnos ni obligar a nadie a tomar ninguna resolución que no quieran tomar por voluntad propia. Individuo contra individuo, país contra país, régimen contra régimen, nadie podrá imponer su punto de vista al otro. En la nueva era, el que inicia una guerra, pierde. Todo se hará con conexión y reciprocidad.
Extraordinaria reflexión!!! Y sé que tendremos que llegar a esa conexión con todo y todos, la naturaleza está tan dañada, la crueldad con los animales, el abuso de las personas que sus conceptos en cuanto a la forma de ver la vejez es sinónimo de ventajoso trato. Le doy gracias a Dios por la sabiduría de la naturaleza y la justicia divina. Sin pasar por alto su gran amor. Muchas gracias. DIOS los bendiga grandemente.