Foto: Jeff Bezos, director general de Amazon.com, habla con los periodistas en una rueda de prensa en Nueva York. anuncia que se llegó al acuerdo de relanzar Borders.com como un sitio web impulsado por la plataforma de comercio electrónico de Amazon.com, 11/abr/01.
Mi amigo y alumno Semion, me preguntó sobre algo llamado «el sistema de la pregunta de oro». Me contó que, en 1994, Jeff Bezos, fundador y presidente ejecutivo de Amazon, decidió dejar el fondo de inversión donde era vicepresidente y montar una librería online. Su jefe le pidió que reconsiderara su renuncia, le dio 48 horas para pensarlo y le dijo que le daría un aumento si decidía quedarse. Durante esas 48 horas, Bezos pensó mucho. Se imaginó que cuando tuviera 80 años, se arrepentiría de no haber tomado su decisión. También pensó que, si no tenía éxito, no se arrepentiría. Así que decidió seguir adelante con su renuncia y establecer la librería online que finalmente se convirtió en Amazon.
Esta serie de preguntas, dijo Semion, se llama «el sistema de la pregunta de oro». Esencialmente, incorpora cinco preguntas que, en realidad son una: ¿Cómo me sentiré mañana por mi decisión, en una semana, en un mes, en cinco años, en 20 años?
Las preguntas son muy importantes. Cuando nos enfrentamos a una encrucijada en la vida, es importante hacer la pregunta correcta. En mi opinión, en esos momentos, la pregunta que hay que hacerse es «¿Con qué resultado quiero llegar al final de mi vida?» o «¿A qué conclusión quiero llegar al final?».
No es una situación sencilla. Si crees que te vas a perder algo si no das el salto a lo desconocido, debes seguirlo porque, de lo contrario, podrías pasar el resto de tu vida lamentando no haber elegido hacerlo Por otra parte, si tu salto no tiene éxito, ¿cuál será el precio del fracaso?
Por eso, no debemos tomar estas decisiones a la ligera y no podemos dar un giro a la vida cada dos días. Sin embargo, una o dos veces en la vida hay que hacer cambios radicales. Si evitamos tomar una decisión y seguimos dudando, no conseguiremos nada y nos arrepentiremos siempre.
Como todo el mundo, tuve mis propios momentos críticos en la vida, que requerían decisiones radicales. Una de esas decisiones fue abandonar la Unión Soviética y trasladarme a Israel. Otra aún más radical, fue renunciar a un negocio en el que ganaba millones, literalmente, por nada, para seguir con mi maestro RABASH. Nunca me arrepentí de ninguna de las dos decisiones ni siquiera por un minuto.
Tenía un objetivo en la vida, había una oportunidad real de alcanzarlo y renuncié a todo por lograrlo. Y valió la pena. Ahora tengo lo que realmente quiero en la vida y no necesito oro ni dinero ni coches ni nada más.
Para mí, la forma de manejar los puntos de inflexión en la vida, no fue ver hacia atrás, sino hacia adelante, al último día de mi vida y preguntarme: ¿Cuál será la conclusión de mi vida, su resultado final?
Tenía que saber que, tuviera o no éxito e incluso si cometía errores, me esforcé. Eso es lo que cuenta: que me esforcé, que me esforcé al máximo para conseguirlo.
La vida tiene un propósito; tenemos que estar preparados y cuando llegue la oportunidad, debemos estar dispuestos saltar a lo desconocido.
Doctor Laitman, me gustarìa que abordara en uno de sus artìculos o charlas, la pregunta sobre si el Universo es unh holograma. Fuerte abrazo y bendiciones.