Estamos en una época de transición, marcada por el paso de un estado de hibernación a uno donde aspiraremos a tener armonía, equilibrio y paz con las leyes de la naturaleza, es decir, a descubrir el sentido de la vida. Ese descubrimiento también es un proceso de transición que se expresa en nuestra necesidad de ascender al siguiente estado.
Ese cambio comienza al preocuparnos, cada vez más, por las cuestiones existenciales. Empezamos a sentir que, por mucho que nos esforcemos en la vida (y en efecto, nos esforzamos mucho), acabamos sin ver la luz al final del túnel, sentimos que la vida no tiene sentido, que es inútil. En consecuencia, es una época en la que, cada vez más gente, opta por consumir drogas como medio para sentir una forma más directa de placer. Y ese es un medio universal para calmarnos y convertirnos en una especie de planta. En otras palabras, cada vez más gente siente necesidad de desconectarse del sufrimiento creciente en el que se encuentra.
Y dado que existimos dentro del plan de la naturaleza, entenderemos que escapar de la vida con ayuda de drogas, no será de ninguna ayuda. Aunque, la humanidad aún está en el proceso de intentar calmarse de alguna forma con los medios a su disposición.
Al mismo tiempo, vemos grandes transformaciones en la reubicación de la población, el ejemplo más destacado es Europa, que se ha llenado de refugiados. No es la misma migración que ocurrió hace mil años, cuando los pueblos de Asia comenzaron a mudarse a Europa. El proceso migratorio de hoy, es un proceso de mestizaje muy serio y nos presiona para enfrentar la pregunta sobre el significado y propósito de la vida. Además, a nivel del intelecto y emociones actuales, no podemos responder a esa pregunta de forma generalizada ni comprobable ni definitiva.
Precisamente por esa razón, el cabalista más famoso del siglo XX, Yehuda Ashlag (Baal HaSulam) y también El libro del Zóhar, señalaron que nuestra era es en la que se estudiará Cabalá como una enseñanza muy necesaria para explicar que el sentido de la vida está en la transición hacia la consecución del nivel de ser humano. La sabiduría de la Cabalá nos da el método para ese logro. Humano, Adam en hebreo, viene de la palabra “similar” (Domeh), que a su vez surge del dicho Domeh LeElyon (similar al más alto). En otras palabras, los cabalistas explican que, el propósito de la vida es ascender de nuestro nivel actual al grado en el que logremos ser semejantes a las leyes de la naturaleza: leyes de amor, otorgamiento y conexión.
Hoy estamos al borde del siguiente nivel de evolución, donde alcanzaremos lo que en realidad es: ser humanos. Ese nivel debe manifestarse en nosotros, si no en esta vida, en la siguiente. Ahora estamos en el proceso de sentir una presión cada vez mayor para señalar nuestro camino hacia este logro y la sabiduría de la Cabalá, nos permite hacerlo con más conciencia, comprensión y placer, si utilizáramos su metodología.
Maestro, mil gracia por su amable reflexion, la tomo para mi libro Inteligencia Artificial a un paso de la estupidez. Una historia distopica, en la que El Gran Algoritmo pone en orden a las corruptas y codiciosas elites economicas, politicas, religiosas, ideologicas, financieras y tecnologicas, del miserable planeta Palido Punto Azul.