El cabalista Yehuda Ashlag (Baal HaSulam), en su artículo Esencia de la sabiduría de la Cabalá, le define como
“Una sabiduría que es no más ni menos que una secuencia de raíces, que cuelgan como causa y consecuencia, que se entrelazan de forma determinada a un objetivo único y exaltado, que se describe como la revelación de la Divinidad a sus seres creados”
Lograr la revelación del Creador es el objetivo de Cabalá. El Creador se define como la fuerza única de amor y otorgamiento, opuesta a nuestra fuerza humana, egoísta y de recepción.
Por eso, la sabiduría de la Cabalá tiene como base, el método para transformar nuestra fuerza innata de recepción, en la fuerza opuesta y al hacerlo, alcanzamos la fuerza superior de amor y otorgamiento, el Creador. En otras palabras, al ganar la fuerza de amor y otorgamiento, logramos la revelación del Creador.
La primera persona que logró transformar su naturaleza fue Adam HaRishon. Escribió el libro, Ángel Raziel, ahí describió que la revelación de la fuerza superior única, se le aparece a quien la busca. A lo largo de generaciones, otros cabalistas clave como Abraham, Moisés, Rabí Shimon bar Yojai, el ARI y Baal HaSulam ampliaron y mejoraron el método de Cabalá, tanto en el texto como en la enseñanza a sus estudiantes. Especialmente El libro del Zóhar, los escritos del ARI y los artículos y comentarios de Baal HaSulam, expresan mejor la sabiduría de la Cabalá para nuestra generación.
En otras palabras, Cabalá busca transformar nuestra naturaleza para alcanzar la naturaleza de amor y otorgamiento del Creador. Y los cabalistas, es decir, los “receptores” (Cábala viene de la palabra LeKabel recibir) son aquellos que viven este cambio espiritual en la práctica. En sus libros expresan lo que encontraron en su transformación. Los libros cabalistas son resultado de estos cambios espirituales, son la declaración escrita de sus cambios en el sistema espiritual que, por primera vez, les fue revelado en forma fragmentada y también el resultado final, es decir, cómo lograron conectarse y fundirse.
Por eso, de generación en generación, a medida que los cabalistas avanzan en su transformación –llamada “corrección”– el método de Cabalá también cambia. No se tienen que repetir las correcciones de las generaciones anteriores. Y la sabiduría de la Cabalá, una y otra vez, llega a la nueva generación de forma diferente y los que estudian el método son totalmente diferentes de una generación a la siguiente.
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