En los últimos dos años, el mercado laboral ha cambiado mucho. La escasez de empleados es constante, pues, cada vez hay menos gente dispuesta a soportar trabajos que no le gustan. Busca libertad y satisfacción y está dispuesta a conformarse con salarios más bajos a cambio de más libertad. La gente es cada vez más narcisista. Como resultado, es reacia a seguir instrucciones y renunciará fácilmente, sólo para liberarse de su jefe. En muchos casos, es tan rebelde que apenas puede obedecer a los agentes de la ley. Sencillamente, no puede doblegarse ante nadie. Pero cuando rompemos el sistema que nos sostiene, sin construir uno mejor, nos arriesgamos nosotros mismos y a la sociedad.
Si vivimos en una sociedad, en cualquier sociedad, estamos en deuda con ella, nos guste o no. La sociedad influye en nosotros y nosotros influimos en la sociedad. Como no podemos sobrevivir solos, estamos obligados a vivir en sociedad.
Por eso, para vivir en una sociedad que nos guste, debemos conocer sus reglas y saber cómo comportarnos con calma dentro de ella. Para lograr la calma, debemos mantener equilibrio entre todas las partes de la sociedad. Esto incluye, no sólo a nuestra sociedad, sino todo el entorno, pues nuestra tranquilidad y bienestar, no sólo dependen de la gente cerca de nosotros, también del clima, de la vegetación y de todo lo que nos rodea.
La palabra clave en la fórmula que hace que la vida sea pacífica y sostenible es «equilibrio». Todo en la naturaleza es equilibrio en el sentido de que se nutre de su entorno y nutre a su entorno.
Nosotros, en cambio, sólo pensamos en nosotros mismos. No nos interesa dar nada a nadie. Pero una sociedad de narcisistas, es insostenible. Como todos piensan sólo en sí mismos la sociedad se derrumba. Este desequilibrio entre dar y recibir es el origen de los problemas.
Luchamos contra la compulsión de mantener el equilibrio, pero el resultado es que estamos en crisis climática, social y económica. La escasez de alimentos es cada vez mayor, los fenómenos meteorológicos extremos aumentan en frecuencia y ferocidad, la inflación se dispara y el orden social se derrumba en todo el mundo.
Si queremos sentirnos libres, debemos liberarnos del ego. Éste es el causante de nuestro narcisismo y es nuestro verdadero tirano. El ego nos esclaviza y nos obliga a obedecer su voluntad. Si elegimos liberarnos del ego, aprenderemos lo que es la verdadera libertad.
Se que este monstruo estupido y rabioso que está en mi lograr domesticarlo para que marche al parejo de lo que hoy he aprendido y quiero. Es mi tarea de cada día. Hoy a través de tanto dolor y sufrimiento le di vida a la obstinación y terquedad y no es agradable ver como detengo el proceso de lograr el cambio que tanto he deseado para ser y sentirme útil a la voluntad de Dios y no a la mía. Muchas gracias. DIOS los bendiga grandemente!!!