Recibí un correo electrónico de una madre preocupada, que escribió lo siguiente: «Hoy, los adultos también están inseguros y temerosos, ¿cómo podemos criar a los niños para que tengan confianza? ¿en qué podemos confiar? Las leyes se infringen, la moral básica no existe, la mentira, la pornografía y la inmundicia están por todas partes y todos están enojado y atormentados por la vida».
Tiene razón, hoy todo es corrupto, la moral no existe y la pornografía, la inmundicia y la mentira son nuestra realidad diaria. De lo que no se da cuenta es de que nunca ha habido tiempos mejores. Siempre hemos sido corruptos; sólo que hoy es mucho más evidente.
Es aterrador verlo, pero la sobriedad que debemos resistir es la oportunidad para romper el humo que nos ciega y obstruye nuestro corazón y mente. Ahora, finalmente podemos abrirnos a la verdadera solución de todos nuestros problemas.
Hasta que sintamos que no tenemos más remedio que cambiar, podremos tomar las medidas necesarias. En el caso de la depravación social actual, la única solución es educarnos para tener consideración y responsabilidad mutua. Puede parecer imposible, pero nada persiste y en la situación actual, que sólo empeora, parece que no tenemos otra opción.
No debe ser educación obligatoria, como se practicó en la Rusia comunista. La educación hacia la bondad y la consideración, debe surgir al comprender que, si queremos una sociedad que funcione, no hay otra opción.
El primer paso para que la sociedad mejore, es que una masa crítica se dé cuenta de que la situación actual no puede continuar como está. Después, la gente estará más atentas al mensaje de consideración mutua, amabilidad y otras ideas que requieren que se piense positivamente en los demás.
Además, es imperativo que el proceso se haga a nivel social y no a nivel personal. La gente no puede mejorar su comportamiento si el entorno social es negativo. Pero si toda la comunidad decide cambiar, nada la detendrá.
No hay duda de que, eventualmente, todos entenderán que necesitamos cambiarnos a nosotros mismos para mejorar la situación. La única pregunta es, cuánto tiempo nos llevará darnos cuenta de que no podemos evitar trabajar en nosotros mismos. Puede llevar mucho tiempo, con muchas dificultades en el camino o puede ser muy rápido si nos damos cuenta de que no podemos mejorar la vida, a menos que nosotros mismos seamos mejores.
El proceso educativo no es sentarse en una clase frente a un maestro ni nada por el estilo. «Educación» es aprender sobre la naturaleza humana, sobre la interconexión del mundo y sobre cómo nos dañamos unos a otros. Como resultado, entenderemos que debemos tener cuidado en no dañar a otros, porque cuando lo hacemos, nos dañamos a nosotros mismos. Es un proceso de aprendizaje, pero debe ir acompañado de vivir y cambiar a medida que avanzamos, mejorar gradualmente nuestra relación con los demás.
El primer paso para ese cambio positivo, es la conciencia de nuestra situación. El siguiente paso es desarrollar consideración mutua y finalmente, cuidado mutuo.
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