Muchos estudios demuestran que escribir es bueno para el alma. Estos estudios no hablan de escribir prosa ni novelas, sino de una escritura sencilla e intuitiva donde se toma un lápiz y un papel y se escribe, por varios minutos, lo que surge en la mente. No se deben hacer correcciones ni supresiones ni cambios de ningún tipo. Simplemente escribir para expresar sentimientos y pensamientos propios. Esta técnica forma parte de lo que se denomina «terapia de escritura», que en sí misma es una de las «terapias expresivas». Personalmente, creo que es una excelente manera de organizar nuestro interior y mejorarlo.
No hay comparación entre expresarte verbalmente y expresarte por escrito. Cuando hablas, tus palabras se desvanecen tan pronto como las dices. Pero cuando escribes lo que dices, se queda. Como resultado, todo el acto se imbuye de intención, si se puede decir así.
Y es muy importante, porque la terapia está en la técnica. La escritura organiza nuestros sistemas internos y los reorganiza de mejor manera, porque no sólo nos expresamos, sino que una vez que nuestros pensamientos están en el papel, podemos verlos, examinarnos a nosotros mismos a través del texto y hacer una especie de autocorrección.
Cuando escribimos, podemos examinar nuestra estructura interna. Nuestro maquillaje básico es el deseo de sentir alegría y placer. No hay nada de malo en querer sentir alegría y placer. El problema es que, si no se corrige ese deseo, obra de forma torcida y daña a los demás. Lo llamamos «ego» y nuestros sabios se refieren a él, como «serpiente».
No puedes matar esa serpiente de un solo golpe. La forma de lidiar con ella es sacar una pieza a la vez y examinarla. Una vez que te das cuenta de que la serpiente es el deseo de recibir, que disfruta lastimando a los demás, puedes frenarlo o trabajar con él sin hacer daño.
Si escribimos nuestros pensamientos y detectamos a la serpiente, no podemos esconderla debajo de la alfombra y pretender que no existe, pues está escrito en un papel. No puedo pretender que no lo dije ni olvidar lo que dije, pues no lo dije, lo escribí. Al mismo tiempo, si es demasiado difícil para mí en este momento, siempre puedo volver más tarde. Si está en el papel, no desaparecerá.
Por eso, escribo mucho y recomiendo esta práctica a los que quieran examinar su estructura interna y convertirse en una mejor persona.
Excelente terapia, me parece y también una buena conexión con nuestra alma.
Shalom desde Venezuela. Pudiera explayar más el tema, por favor. Gracias