El mundo está cambiando a un ritmo creciente. Es un hecho. Pero la dirección en la que evoluciona la humanidad es constante. En la actualidad muchos dilemas nos afligen. Una nueva mutación del coronavirus llega repentinamente con nuevas incertidumbres: ¿se extenderá la pandemia por un período de tiempo aún más prolongado? Mientras tanto, vivimos de un encierro a otro. ¿Cómo establecer direcciones y metas en la vida, en una realidad que cambia a cada momento?
Estrés, mucho trabajo, problemas de salud y un sinfín de preocupaciones son algunos de los muchos factores agravantes que nos desequilibran. Esta es la vida moderna. Así que buscamos un camino a seguir que nos devuelva la calma, un estado en el que nos sintamos cómodos y disfrutemos del flujo de la vida. Pero, por naturaleza, todo está construido de modo diferente, se puede ver desde una edad temprana. Algunos niños disfrutan sentados y jugando durante largas horas, mientras que otros se sienten obligados a correr tras una pelota de esquina a esquina.
Incluso en la edad adulta hay quienes disfrutan del desafío de encontrar problemas e improvisar soluciones. Sin acción, caen en aburrimiento o incluso en depresión. Otros, a cada momento, deben sentir renovación con relación al logro de las metas que se pusieron. Sin cambio, se sienten muertos. Finalmente, por supuesto, también hay muchos que no pueden tolerar el cambio. Cualquiera que sean nuestras características, cada uno se esfuerza por sentir placer en la vida.
El problema es que echamos a perder los planes de los demás al querer imponerles nuestro estilo. El ego que crece en cada uno, hace que nos enfoquemos sólo en nosotros mismos y explotemos a los demás en nuestro beneficio. Eso crea un mundo artificial, donde nadie busca equilibrio, sino todo lo contrario.
Clave para afrontar adecuadamente el cambio
Sentirse solo es la fuente principal de nuestro estrés y ansiedad, en especial cuando hay cambios. La solución es obtener apoyo en nuestro entorno.
Cuando la vida nos lleva a situaciones confusas y difíciles, hablar con quienes han pasado por situaciones similares puede restaurar la calma y el equilibrio. Esto nos da nuevos pensamientos y perspectivas adicionales, que nos ayudan a construir, dentro de nosotros, la mejor actitud hacia los cambios que estamos atravesando. Un grupo de apoyo puede, literalmente, diluir el duelo y el dolor de todos los individuos.
Gradualmente, las fuerzas evolutivas también nos convertirán en componentes de un sistema social más amplio, donde cada uno realizará acciones integrales hacia los demás, desde su consciencia y su comprensión. Esto equivale a construir conexiones complementarias en todos los asuntos y en todos los niveles, desde las relaciones dentro de la familia, pasando por el trabajo y la comunidad, hasta el nivel del estado. En consecuencia, la principal capacidad que se requerirá en el futuro será la habilidad para ajustar nuestro estilo de vida al mundo integral. Ésta es la dirección general hacia la cual nos lleva la realidad actual.
A largo plazo, las áreas profesionales, funciones y empleos, colapsarán o prosperarán según los criterios del desarrollo integral. Esto significa que todo lo que lleve a una conexión de beneficio mutuo, entre los seres humanos, tendrá éxito y todo lo que funcione en la dirección opuesta, no sobrevivirá. Así que, cada uno debería tener esto en cuenta al establecer nuestra dirección y objetivos.
Los empresarios también deberán adaptarse a las nuevas exigencias de los tiempos. Aquellos negocios que puedan orientarse hacia la conexión prosperarán y los que se enfoquen sólo en su propia ocupación técnica, desaparecerán. Lentamente veremos que estos negocios no tendrán clientes.
Al elegir una profesión, será importante poner atención no sólo a nuestras preferencias individuales, sino también a las relaciones que prevalecen dentro de la profesión. La satisfacción y la capacidad de sentir que nos estamos realizando de la mejor manera, dependerá de la ayuda mutua. Para no sentirse perdido ni solo ante las tareas laborales, cada uno deberá sentirse parte de un equipo solidario.
Por parte de las organizaciones, será el espíritu que prevalezca entre los empleados, lo que determinará su nivel de éxito. Por lo tanto, vale la pena buscar ayuda de expertos para crear relaciones integrales que organicen adecuadamente la fuerza de trabajo, permitir que todos entiendan y sientan que en la conexión óptima con los demás, se encontrará un ambiente especial que pueda impulsar a la organización en un camino hacia el éxito compartido.
La integración debe alcanzar un nivel en el que, cada uno. junto con el resto, se sienta como un solo cuerpo cuya cooperación entre sus órganos determina su nivel de funcionamiento saludable. En cualquier tarea que desees tener éxito, será claro que valdrá la pena construir y mantener un entorno inclusivo, en el que sean valoradas todas las opiniones. Será la única forma de encontrar la mejor solución posible y la decisión más sabia para un futuro ideal en nuestro mundo integral.
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